Piernilargo, sonriente, parlanchín y muy buen bailarín”, así recordaba la periodista María Favá, vecina del Poble Nou (una barriada obrera y popular) a su compañero de pandilla, hijo de unos modestos tenderos. Nos referimos a Joan-Enric Vives Sicilia, que un buen día, a los 17 años, pasó de ser monaguillo a ratos a seminarista a plena dedicación, con sorpresa y algún llanto de sus amigas.
Pronto destacó en todos los encargos eclesiásticos encomendados. El inicial y principal fue el de instruirse y acabar los estudios superiores de Teología y Filosofía, obteniendo el doctorado correspondiente en esta última materia. Se estrenó en una parroquia de su barrio, en 1974, en pleno tardofranquismo. Hábil en los temas de apostolado juvenil, formativos y sociales. Sería prolijo destacar su ascendente carrera levítica, pero sí reseñar para los legos en el tema un hito importante de su periplo: fue el de nombramiento por Juan Pablo II de obispo auxiliar de Barcelona en 1993 y titular de Nona su confirmación como “intelectual orgánico” en la estructura eclesial tras su paso por el rectorado del Seminario Mayor y otras tareas relevantes.
Pero ya existe un detalle a resaltar. Al ser nombrado obispo auxiliar de Barcelona, el Papa le premia con el extra de titular de Nona, ¿qué es esto? Pues que el Papado ya le ve para mejores destinos. ¿Por qué? Porque la diócesis de Nona situada en Zadar (Croacia) fue un dominio veneciano frente a los turcos y eslavos. Dicha diócesis fue suprimida en 1828 pero es honorífica, para premiar carreras al alza o paliar ceses. Misterios de la Iglesia y del Derecho canónico.
Sin embargo es ya con este título donde se aprecia el detalle curial para estimular la carrera de un eclesiástico de 44 años. El dignatario barcelonés es significado para continuar su carrera en la Conferencia Episcopal, con predilección por los temas de Seminarios, pero también por la Economía de la Conferencia Episcopal Española. El gran salto llegará cuando el mismo Papa Juan Pablo II le nombre obispo coadjutor de Urgell y en 2003 obispo titular y así ser ya un insólito copríncipe de Andorra (un cargo carolingio medieval), juntamente con el Presidente Jaques Chirac de la República Francesa. ¿Un duunviro? No, un triunvirato. Sí, porque a los dos copríncipes debe añadirse el del Jefe de Gobierno andorrano, tradicionalmente algún miembro de las principales familias andorranas.
Recordemos que de 60.000 residentes del Principado solo votan 10.000 electores y que el acceso a la nacionalidad andorrana es difícil. A Andorra llegó el obispo Vives, corresponsable desde entonces de un gobierno teocrático casi único en el mundo: El Vaticano, Irán y el Monte Athos. El obispo Vives ha ejercido el derecho a veto al casino UNNIC, inaugurado en 2023 gracias a Macron.
También mantiene el veto a los derechos sexuales y reproductivos, bodas gay y provoca que las andorranas deban abortar en España; la feminista Vanessa Mendoza, que está procesada por protestarlo y que fue absuelta en un juicio por defender el derecho al aborto en Andorra. Hay restricciones a píldoras abortivas y el enconamiento antiabortivo ha llegado al extremo de que si el copríncipe Vives se viera obligado a firmar o aceptar como -con el juego antes dimitiría, lo que provocaría una grave crisis institucional, que supondría colapsar un sistema feudal y teocrático .
El obispo bailarín Vives, un nacionalista moderado, estuvo presto a dimitir y dejar la sede vacante y otros subterfugios, pero el actual Papa Francisco advirtió al Presidente andorrano de las consecuencias de legalizar el aborto. Sería el final del coprincipado.Ante eso, nuestros sutiles ministros de Exteriores -bien informados por embajadores políticos, que suelen ser leridanos (PSC)- no dan ninguna opinión, ni siquiera un plan, para acabar con un anacrónico paraíso fiscal, con escándalos económicos.
Uno de estos es el legado millonario y altruista de la Sra. Mestre, que salpica al obispo bailarín. Y es que el obispo de la pequeña diócesis de Urgell se ocupa del rico territorio andorrano, convirtiendo su diócesis urgellense en capaz de subvencionar al seminario interdiocesano de Barcelona y el convenio con el Seminario de Medellín para captar vocaciones ultramarinas.
Este mes de julio, Joan-Enric Vives Sicilia, cumplirá 75 años y deberá dimitir sin ser Cardenal, una lástima para sus amigos del Poble Nou.