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Teresa Solé Ruiz: 'En España es prácticamente imposible adoptar, hay fórmulas pero no es fácil'
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Teresa Solé Ruiz: "En España es prácticamente imposible adoptar, hay fórmulas pero no es fácil"

Por Lluis M Estruch
martes 16 de julio de 2024, 20:00h

En plena crisis política por el tema de los mena, proponemos un breve recorrido acerca de las adopciones y derivadas de esta importante decisión que algunos ciudadanos siguen a pesar de las crecientes dificultades para materializarla.

España es un país en regresión demográfica, también Cataluña, por supuesto ,que siempre ha arrastrado un importante déficit poblacional, desde J. Vandellós hasta Anna Cabré, se ha estudiado esta secular característica. Desde hace mucho tiempo, parece ser que en toda España, no hay niños en adopción, por otra parte, los trámites, prolijos y largas las esperas. No hay tramas de venta de niños, en maternidades ni en orfelinatos, pero la necesidad de adopción ha virado al exterior, donde algunos países facilitan la adopción con garantías legales.

Ha habido modas u ofertas temporales, -estimuladas por la TV o reportajes periodísticos-, recordemos brevemente el patetismo de las imágenes de los orfelinatos rumanos y chinos e incluso las “facilidades” rusas para dar salida a menores con problemas. Hoy estos países no permiten las adopciones, por prestigio nacional, más que nada.

Indiferencia con la polémica

Y en plena polémica de los llamados Menores no Acompañados (menas), que ya nos produce una cierta indiferencia; acerca de una problemática que el Estado no sabe resolver y que pretende camuflar con cifras y caóticos repartos a las diferentes regiones peninsulares, desde unas islas Canarias, desbordadas.

Por contraste, las adopciones internacionales, después del lapso del Covid-19, han sido solo de 153 niños (2023) y decreciendo, desde las 1.200 que se habían alcanzado.

Sin más, exponemos el testimonio de Teresa Solé Ruiz, una madre adoptiva de Sant Boi, una veterana bancaria con gran arraigo local y que en un momento de su vida, se decidió a afrontar el largo camino de una adopción internacional. Tuvo paciencia y ganas, tal vez influida por la ética “boy-scout” de su adolescencia, tal vez.

-¿Qué aconsejas a alguien que quiera adoptar fuera de nuestro país?

- Aclarar que en nuestro país es prácticamente imposible hacerlo, existen fórmulas intermedias, vale, pero no es fácil la adopción plena. Así pues, recomiendo ponerse en contacto con ADOPTA- (paseo de la Bonanova, 57) es una ECA acreditada, para informarse con conocimiento de causa, sobre el tema.

-¿Qué requisitos son precisos?

-Yo estoy soltera y mi enfoque fue el de familia monoparental, A partir de aquí, vía ADOPTA, conseguí el imprescindible Certificado de Idoneidad, visita médica y Declaración de ingresos económicos, cursillo de 72 horas , dos entrevistas con psicólogos y una visita domiciliaria.

-¿Y ya con todo ello?

-Yo he viajado mucho, con una agencia vasca, de viajes de riesgo, y mis preferencias, son el Sudeste asiático y Sudamérica. En la primera zona, comprobé la dificultad de adopción y en Sudamérica, muchas más facilidades. Aunque lo de las facilidades, es algo cambiante. Yo me decidí por Bolivia, un país que me encanta y ya iniciado el proceso de adopción me topé con la nueva Administración de Evo Morales, que dificultó las adopciones por extranjeros.

-Háblanos de tu hija...

-Mi hija ya con 21 años, nació en una aldea próxima a la Paz, pero que no sale en el mapa, Su familia, de la etnia aymara, se trasladó a Santa Cruz que es la capital económica del país. Allí inicié los trámites de adopción, tuve que hacer muchos viajes por fallos de atención consular, mientras que por parte boliviana, hubo bastante empatía. La niña fue adoptada con 7 años y sus padres biológicos renunciaron a ella por completo.

-¿Es costosa la adopción?

-En aquellos momentos (2006-2011), alguien interesado debía contar con una horquilla que iba de los 10.000 a 30.000 euros, según el país, más los gastos de estancia y viajes, trámites e imprevistos que siempre hay. En este punto recomiendo países de habla hispana, por el ahorro de traductores jurados y el seguimiento de las gestiones de una manera más cumplida. Al igual que en la necesaria adaptación del adoptado, que no debe renunciar a todo su pasado. Hoy mi hija está encauzada y deseo lo que cualquier madre, que sea feliz y autónoma.

Un testimonio cercano y ultralocal, mientras se debaten de manera desacertada temas inmigratorios muy urgentes. Cuéntenos sus experiencias.

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