El estudio sobre la biodiversidad del río Llobregat revela más de 2.500 especies, incluyendo 336 protegidas. Se identificaron espacios clave y se propusieron medidas para mejorar la fauna y flora, como restaurar hábitats y facilitar el desplazamiento de especies, con un coste estimado de 23 millones de euros.
El río Llobregat es un espacio fluvial con más de 2.500 especies de flora y fauna, 336 de ellas especies protegidas. Estas son las principales conclusiones del Trabajo de análisis de la biodiversidad en el ámbito metropolitano del Llobregat, promovido por el Área Metropolitana de Barcelona (AMB).
Este estudio ha recogido muestras para identificar todas las especies de la zona, llegando incluso a descubrir especies de mariposas diurnas y líquenes que nunca antes se habían avistado en la zona metropolitana de Barcelona. Además, el 85% de las especies de pájaros de toda Cataluña se han detectado en algún momento en el entorno fluvial del río Llobregat.
Según el estudio, existe una gran diferencia entre el tramo alto y el tramo bajo del río. En la parte baja, y en especial en el Delta, se concentran algunas especies únicas en Cataluña. Además, el estudio ha identificado otros espacios de interés para la biodiversidad, como los bosques de Pallejà, los humedales de Molins de Rei, los prados del Parc Agrari o las diferentes rieras y torrentes del río.
Espacios de interés para la biodiversidad
El objetivo de este estudio es identificar los principales espacios de interés para la biodiversidad en el entorno del río, y proponer medidas y directrices para protegerla, mejorarla y potenciarla.
Por ejemplo, el estudio propone recuperar métodos tradicionales como el pasto, la construcción de refugios para la fauna o la recuperación progresiva de especies amenazadas en la zona.
Estudio de las dificultades para desplazarse que tiene la fauna
El AMB ha promovido otro estudio en el río Llobregat, que ha analizado la dificultad o facilidad que pueden tener las especies de fauna terrestre para desplazarse entre los diferentes espacios, como por ejemplo Collserola o las montañas del Baix. A base de analizar los sectores de interés para la dispersión de la fauna, el estudio plantea varias medidas para mejorar el terreno y reestablecer los flujos ecológicos entre los espacios.
Según este estudio, el entorno del río es un espacio con mucha fragmentación territorial debido a las infraestructuras viarias y ferroviarias, que muchas veces dificultan el camino a las especies de la zona. Los ríos y torrentes funcionan como corredores ecológicos, superando las barreras de las infraestructuras, por lo que son claves para la fauna de la zona. De hecho, la mayoría de la fauna detectada durante los estudios habita cerca de los cursos fluviales.
Los cursos fluviales son uno de los hábitats principales
El estudio ha concluido, sin embargo, que todavía puede mejorarse la calidad conectora de la red fluvial: el 87% de los tramos analizados no tienen suficiente calidad. El estudio ha analizado, pues, 192 caminos que cruzan por encima o por debajo de las infraestructuras, que podrían servir para esquivar las barreras existentes si se adaptan a las necesidades de la fauna.
La mayoría de los pasos y caminos no cumplen los requisitos de funcionalidad. Sin embargo, el 42% de los caminos no funcionales sí han registrado actividad de la fauna. Esta cifra sube en el caso de los caminos funcionales, llegando a registrar fauna en el 62% de ellos. Según ha concluido el estudio, la mayoría de especies utilizan pasos muy inferiores a las medidas recomendadas y se adaptan a las estructuras.
Mejoras y actuaciones en la zona metropolitana del río
El informe propone, además, 200 puntos de intervención con casi 500 posibles actuaciones para mejorar el entorno del río. Esta transformación supondría un coste de 23 millones de euros.
Algunas de las actuaciones que propone el estudio es la mejora de los hábitats de la fauna mediante la revegetación o la limpieza del entorno, o la eliminación de especies exóticas para proteger la biodiversidad autóctona, así como actuaciones en los cursos fluviales para mejorar la calidad del agua. El estudio también propone la construcción de vallas en la zona de las infraestructuras viarias, para conducir a los animales y evitar que crucen las vías y provoquen accidentes.