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LOS INCÓMODOS

Giorgia Meloni, matar al padre
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Giorgia Meloni, matar al padre

Por Lluis M Estruch
sábado 07 de septiembre de 2024, 19:58h
Yo soy Giorgia, soy mujer, soy cristiana, soy italiana y no me arrepiento de ello”, esta es la autodefinición gritada, en muchos actos públicos de Giorgia Meloni (47 años) la primera ministra mujer de Italia, -un país muy viril-, cuya clase política profesional, la ha menospreciado, por ser una joven bajita (1,63) de estudios medios; pero pasando eso sí de en diez años, con su partido de un 4% de votos a un 28,8%.

Ella ha considerado este desprecio una ventaja y así descarada se autopresenta en visita oficial; como la “cabrona Meloni” ante un jefe socialista que la ha insultado con este epíteto días antes. Atrevida y con paso firme, vestida de Armani, ambiciosa y desconcertando al enemigo. Desde que a los 15 años, tras la muerte del juez Borsellino, por la Mafia se afilió a las Juventudes del MSI posfascista. Ella hija de familias comunistas y residente en el barrio romano de Garbatella obrero y rojo de siempre.

Nació de un padre contable sardo y de una madre siciliana que tuvo dudas sobre abortarla hasta el límite; puesto que la relación familiar ya fallaba. Su padre ateo y comunista, se fue de la casa romana a sus dos años, en 1980 dejando en el abandono a tres mujeres, una madre con dos hijas, auxiliadas por los abuelos maternos.

Franco Meloni, se instaló en la isla de la Gomera, donde montó un restaurante-discoteca muy dedicado a trapicheos de drogas y blanqueos, no dejó de ganar popularidad entre los isleños; como un truhan pero gran señor campechano que hacia favores. Se casó con una isleña pudiente que tenía dos hijos y eso ya fue grave para sus dos hijas veraneantes.

Allí en Gomera, durante diez años, las dos hermanas veraneaban dos semanas. En la isla, recuerdan bien al padre y de Giorgia hay el recuerdo de una niña obstinada y secreta que no jugaba mucho con los lugareños. Pero donde aprendió un español casi perfecto.

Allí ocurrió el primer intento serio de “matar al padre” en una excursión en barca; con una niñera que no sabía nadar, pudieron naufragar. Desde entonces tiene miedo a ahogarse. Después el padre, desapareció en un barco sin avisar y dejó a las dos niñas con la madrastra. A su vuelta, Giorgia con 11 años, le recriminó duramente la indiferencia paterna respecto a sus hijas. El padre, trataba mejor a sus hijastros que a sus hijas. Estas decidieron no vacacionar más con su padre. Este tuvo dos hijas más y en Gomera se comenta que pueden haber otros hijos . Franco, arruinado huyó de Gomera, tras descubrirse un alijo de cocaína en un barco.

Por el contrario su madre, se convirtió en su referente modélico y empezó a trabajar para pagarse los estudios de técnica en turismo, donde su facilidad para los idiomas le sirvió para destacar. Mini-trabajos mal pagados, casi siempre y entre ellos, camarera en la famosa discoteca romana “Piper club”; un detalle biográfico parecido al de Merixell Batet, camarera en el “Bikini” junto a su madre divorciada y desahuciadas de su piso.

Anna Paratore, la madre de Meloni, es una de las opiniones que más teme Giorgia. El matriarcado esta claro, una madre coraje que tira para adelante; hasta escribió un centenar de novelas románticas, hoy muy buscadas y que la influyó en su maternidad sin boda y en el despido público de su pareja y padre de su hija un periodista de Mediaset, por su infidelidad pregonada. Su hija Ginebra, es la cuarta mujer de este sólido matriarcado.

Tras graduarse, su carrera política se afianzó, pasando en poco tiempo de la rama juvenil de su partido; a ser a los 31 años ministra de Juventud, con Berlusconi en un gobierno de coalición, en 2008. Eso a pesar de que en 1996 su padre Franco Meloni, fue condenado en Mallorca a 9 años de condena por tráfico de 1.500 kg de hachís en un velero, en compañía de sus hijastros y yerno. En 2012 su padre murió en Mallorca de leucemia, de su autobiografía, -“su muerte me dejó indiferente”- , en una entrevista precisó más -“Ni odio, ni desagrado. No sentí nada, era como si se hubiera muerto un personaje de la TV”-. Macarena Olona un juguete roto, por la que Meloni hizo campaña en Marbella con un duro discurso ; tiene rasgos comunes con la italiana, un padre que abandona a su mujer y dos hijas, convertido en un delincuente económico, y que hace negocios con los Pujol y Zaplana entre otros. La diferencia está en que la Meloni -al matar al padre a la manera de Freud-, ha superado al progenitor y parte de sus complejos : de aislamiento y acoso. Nunca sucumbió a las drogas y al alcohol, tan de su época. Gran lectora y políglota, piensa que hay que crear una cultura “Hobbit”

Neoconservadora sin disimulos. Meloni ha eludido la negativa influencia paterna, -la ha matado-, y adoptado el matriarcado grecoromano, siempre influyente, pero con ella ahora decisivo. III

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