¿Estamos sabiendo como sociedad orientar a nuestros hijos hacia el mejor futuro?
sábado 07 de septiembre de 2024, 12:58h
Cuando hablamos de futuro para nuestros hijos debemos pensar ante todo en su formación en el presente.
La educación que reciben ahora es fundamental para que ellos también puedan elegir y decidir en libertad lo que quieren ser de mayores.
Y cuando pienso en la educación en Cataluña me surgen muchas preguntas ¿Tiene un buen nivel? ¿Está libre de ideología? La educación debe ser en libertad y eso pasa primero por poder elegir el centro y el modelo educativo que queremos para nuestros hijos. Lo que los padres pensamos que es lo mejor o que es lo que más se adapta a los que nos gusta para ellos.
Debemos promover una educación en libertad y de calidad en una escuela libre de sectarismos y respetuosa con todo el mundo. Obviamente mejorando la educación pública y protegiendo también el modelo de escuela concertada y garantizando a las familias más vulnerables la gratuidad de los libros de texto y el material escolar.
Si no partimos de que todos los niños tienen derecho a una educación de calidad, en las mismas condiciones, tampoco podrán optar en las mismas condiciones a un futuro profesional. El que ellos elijan, pero al que deben llegar todos nuestro hijos e hijas con las mismas oportunidades.
En Cataluña la educación necesita más recursos y que los partidos independentistas y el PSC dejen de instrumentalizarla desde un punto de vista ideológico.
Son muchos los datos indican que alguna cosa está fallando en la educación catalana por lo que es urgente que las instituciones públicas tomen decisiones dirigidas a resolver el problema y no decisiones dirigidas a otras cuestiones que nada tienen que ver con la calidad educativa.
Es desolador que el 44% de los alumnos catalanes no consigan superar las competencias básicas en matemáticas, que el 43% no aprueben la resolución de problemas, que el 77% no consiga hacer las conexiones mínimas, que tengamos el nivel más bajo de secundaria y primaria y en matemáticas sigamos estando por debajo del mínimo previsto.
No podemos plantear un buen futuro para nuestros hijos sino solucionamos los problemas del sistema educativo actual. Se necesita más presupuesto, más recursos, más profesionales para que nuestros hijos puedan competir en igualdad de condiciones por un futuro profesional que quizás no será para nada semejante a lo que tenemos ahora.
Hemos de pensar que, según el foro de economía mundial, para 2030, entre el 75% y el 85% de las profesiones que serán más demandadas aún no existen. Pero sabemos que, para desarrollar correctamente las profesiones del futuro, necesitaremos que nuestros hijos e hijas dispongan de capacidad para resolver problemas difíciles y trabajar en equipo, conocimientos tecnológicos, pensamiento crítico, perseverancia y empatía. Y eso es lo que la educación hasta llegar a su vida laboral debe proporcionarles, herramientas para desarrollar todas estas aptitudes y enseñarles a pensar no “qué pensar”. III