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Más allá del dinero: el inversor chino que ha salvado la escuela Teide de Viladecans
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Más allá del dinero: el inversor chino que ha salvado la escuela Teide de Viladecans

Por Jorge I. Aguadero Casado
viernes 04 de octubre de 2024, 20:00h
El Cónsul General de China en Barcelona en funciones, Hu Aimin, y el alcalde Carles Ruiz estrenan la nueva era de la escuela Teide. Ryan Ling se despidió una a una de todas las familias de los alumnos matriculados en un centro educativo de espíritu oriental

La conversación que El Llobregat ha tenido con el inversor chino Ryan Liang (Pekín, 1978) es de las que devuelven la fe en la humanidad. Todos sabemos que vivimos en un mundo constantemente acelerado, materialista, falto de valores… pero a veces la luz llega desde tierras lejanas y extiende su protección sobre una pequeña comunidad.

El inversor chino Ryan Liang nos recibe en la Escola Teide de Viladecans -la que ha conseguido salvar del abismo con su aportación económica- con un polo que lleva el escudo del propio centro bajo un traje negro discreto. Fue un primer contacto alentador, pues me llamó la atención que ni él ni su familia responden al tipo de empresarios presuntuosos, sino que se muestran cercanos en el trato. Pero vayamos por partes, siendo fieles a la cronología en tanto nos sea posible.

Inauguración por todo lo alto

La entrevista con Liang tuvo lugar el pasado 10 de septiembre en la biblioteca de la escuela, reformada por la joven arquitecta Cristina Bao, quien nos hace amablemente de traductora. La tarde había sido una jornada festiva; pues se inauguraba por todo lo alto la nueva etapa de la escuela, con la presencia de autoridades como el Cónsul General de China en Barcelona en funciones, Hu Aimin, y el alcalde de Viladecans, Carles Ruiz, así como el director del Institut Confuci de Barcelona, Li Peihua. Hubo actuaciones artísticas musicales y de artes marciales que fueron muy celebradas por las familias que allí se dieron cita, así como un espléndido catering, aunque lo que más me llamó la atención fue que, a la hora de concluir el acto, Liang y su familia fueron a la puerta y se despidieron, una a una, de todas las familias. Son estos actos los que nos dan la medida de las personas y, por lo que a mí respecta, tuve claro cuál iba a ser el tono de la entrevista.

Ryan Liang me dijo que, estando en un bar, se enteró por casualidad de que la escuela iba a cerrar por problemas económicos. Podía haber mirado a otro lado, dejar pasar la conversación porque… ¿a quién le importa que una entidad formativa con 45 años de historia tenga que echar el cierre? A él y a su familia, sí. Mucho. ¿Se preguntan el porqué de los vínculos de esta familia con Cataluña? Pues tan sencillo como que este inversor, en una estancia por negocios en Barcelona, se enamoró de nuestra tierra y, al regresar a China, le propuso a su esposa establecerse aquí. Ella aceptó, pagaron la consecuente Golden Visa y se establecieron en tierras catalanas. La filantropía de la familia Liang no empieza ni acaba con los hechos que les contamos, más adelante, en futuros artículos, retomaremos estas buenas obras y otras experiencias que nos ayudarán a visualizar distintas aportaciones de la comunidad china en Cataluña.
A lo largo de nuestro encuentro, Ryan Liang compartió con El Llobregat el tipo de actividades en las que ha desarrollado su actividad empresarial, trabajando primero en un periódico y luego en Internet, así como abriendo varias empresas en China, entre las que mencionó una de diseño de animación y otra de publicidad.

Valora más a sus seres queridos

Ryan Liang es una persona muy educada. No le verán hacer aspavientos ni dirigirse con aires de superioridad a otras personas sino que, en los eventos en los que hemos coincidido, mantiene un perfil bajo, con voz tranquila. Habiendo tantas personas como peces en el mar uno nunca sabe qué se oculta tras las apariencias, pero tengo la sincera opinión de que valora más una tarde con sus seres queridos que ir a fardar con un superdeportivo. Supongo que, por eso, quien pudo haber mirado a otro lado actuó, salvó la escuela y aseguró oportunidades a niños y niñas que no son sus hijos.

Sobra decir que, cuando este cronista de El Llobregat tuvo ocasión de hablar con las profesoras y la dirección de la Escola Teide, constató que el agradecimiento de sus palabras sólo tenía rival en la alegría de sus ojos. Los niños, correteando por el patio de césped artificial que han empezado a disfrutar, son viva imagen de felicidad; en cuanto a las aulas y el resto de equipamientos, tengo la convicción de que este recién iniciado curso 2024-25 (y todos los que vengan después) va a ser muy especial para todos ellos.

Alto rendimiento y felicidad

Cuando le pregunté sobre sus expectativas con respecto a los estudiantes a los que está apoyando, me sorprendió su reflexión, pues además de esperar que la escuela siga ofreciendo un alto rendimiento estudiantil, le preocupa mucho que los estudiantes sean felices. Es una clave que enfatiza varias veces en nuestra charla, además de poner en valor las clases de música, educación física y lenguaje. “(…) Especialmente porque hemos agregado chino, para que los estudiantes tengan mayores oportunidades de futuro”, haciendo mención a la asignatura extraescolar que ejemplifica el carácter internacional de esta nueva etapa de la Escola Teide. A continuación, reforzando la idea que antes les dije, añadió que “(…) vivimos en tiempos rápidos, hay mucho ego, muchos mensajes de los medios de comunicación te empujan al éxito, pero nadie se preocupa por ti”. III

Por Jorge I. Aguadero Casado

Mandarín desde P3 hasta 4º de la ESO
El colegio Teide de Viladecans, con más de 40 años de historia y 230 niños escolarizados, estaba hasta el año curso pasado gestionado por una cooperativa de familias y había anunciado su cierre ante la pérdida de matrículas por la baja natalidad en el municipio, agravada en los últimos cuatro años. La sorprendente aparición de Ran Liang, que se ha hecho con la titularidad durante los próximos cinco años (con la única condición de que se imparta mandarín en horario lectivo), ha permititdo rescatar a la escuela y evitar que baje definitivamente la persiana. Las clases de lengua oriental se imparten a todos los alumnos del centro -desde P-3 hasta cuarto de la ESO- dentro de la ‘sexta hora’ de la que disponen los centros concertados.
La directora del Teide, Núria Fuertes, reconoce que el mandarín “es muy difícil de aprender, pero cualquier idioma cuanto antes se empiece a estudiar, más posibilidades de éxito”. “Suena raro, no entraba en los planes de nadie que tu hijo aprenda chino, pero puede ser una buena opción para el futuro”, admite Jessica Juárez, madre de dos alumnos de la escuela. Además, la intención del centro es enseñar chino con canciones, juegos y manualidades.”No será el típico libro y a estudiar”, aseguran. Y de postre, Liang, ha regalado a los niños sus nuevos uniformes (que lucen en la foto).
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