Eduard Sanz García (Esplugues, 1971) es el nuevo alcalde de Esplugues de Llobregat desde el pasado 2 de octubre, sucediendo así a la también socialista Pilar Díaz, nueva delegada del Govern de la Generalitat en la provincia de Barcelona. Antes de tomar la vara de mando, Sanz era primer teniente de alcalde y portavoz del Grupo Municipal del PSC y fue teniente de alcalde y concejal de Cultura, Patrimoni i Habitatge Social (2011-2015), edil de Cultura (2007-2011) i de Joventut i Cultura (1999-2003). Eduard Sanz es técnico especialista en Electrónica Industrial con un postgrado en Estrategia y Competitividad Nacional por la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC) en 2010. Antes de dedicarse plenamente al municipalismo, Sanz fue coordinador de Política Institucional de la UGT de Cataluña. Es el primer secretario del PSC de Esplugues desde 2012.
Hacer olvidar los 18 años de alcaldesa de Pilar Díaz en Esplugues no debe ser tarea fácil, pero su heredero -Eduard Sanz- está dispuesto a poner toda la carne en el asador para que el actual momento de gloria que vive la ciudad se prolongue todavía más allá. Aunque su ascenso a la alcaldía no estaba previsto -Díaz fue elegida casi sin avisar para su nuevo puesto por Salvador Illa cuando ni siquiera hubiera empezado a hablarse entre la militancia local de su relevo-, Sanz ha accedido al cargo con brío, con decisión y con ganas de hacer cosas y hacerlas bien. Ocupó el número dos en las listas de las últimas elecciones municipales por el PSC, así que es muy posible que de haberse planteado la sucesión de una forma más serena y programada en el tiempo, también habría acabado siendo el favorito en las quinielas..
¿Entraba en tus planes ser alcalde de Esplugues? ¿Te lo habías planteado alguna vez?
Más que planteármelo siempre había sido una posibilidad porque siempre estás a disposición del partido. Y más cuando, como en mi caso, llevas tantos años en el ayuntamiento con diferentes responsabilidades. Era una posibilidad, pero no una urgencia.
¿Y qué ha significado para ti?
Llevo vinculado a Esplugues, a sus entidades y a su tejido asociativo, desde que nací. Así que ser su alcalde es para mí un orgullo y una alegría.
Tu antecesora, Pilar Diaz, ha dejado el listón muy alto.
Ha dejado la ciudad en muy buenas condiciones. La ciudad vive un momento dulce porque empiezan a verse los resultados del buen trabajo realizado en la promoción económica de la ciudad para atraer actividades de valor añadido, de I+D. Se está aprovechando la oportunidad estratégica de ser la puerta de entrada a Barcelona. Además, la ciudad está socialmente muy cohesionada y con buenas infraestructuras. Nos encontramos en un momento óptimo para continuar en esta senda y consolidar los proyectos que están en marcha.
Esplugues vive, entonces, su mejor momento…
Seguramente sí, pero con la perspectiva de que estará significativamente mucho mejor cuando estén acabados los proyectos que tenemos en mente o en ejecución. Como asegura nuestro lema: “Esplugues es la mejor ciudad para vivir”.
¿Eso significa que tu mandato será continuista? ¿O será rupturista? ¿Harás cosas diferentes, que no estaban planeadas por Pilar Díaz?
Llevamos más de un año de mandato, casi todo está definido. Los grandes proyectos de ciudad vienen marcados por la anterior legislatura y verán la luz en ésta. Son proyectos de gran recorrido que se van a mantener. Pero mi idea es añadir o afianzar otras prioridades.
Como por ejemplo…
Las dificultades para acceder a una vivienda, porque los precios son muy caros. No solo en Esplugues. En las ciudades de alrededor, también. Está muy cara en todas partes, eso no se puede esconder. Así que hay que buscar respuestas para mantener la actual cohesión social más allá de la construcción de vivienda protegida (solo en el ARE Montesa hay previstos 1.059 pisos). Debemos poner en marcha otras políticas complementarias.
¿Qué más se puede hacer? Esplugues no tiene mucho suelo….
No lo tiene. Somos la ciudad más pequeña del Baix Llobregat. Pero todavía nos queda una bolsa de suelo para hacer más VPO y hay que añadir nuevas políticas para evitar las actuales barreras de acceso a vivienda (incluso a la protegida) en el caso de la compraventa. Es difícil para gente joven o para familias monoparentales o con dificultades pagar la famosa entrada del 20% que no financia el banco. Antes, esa entrada se conseguía con la ayuda de los padres. Ahora no, lo que dificulta que personas con pocos recursos puedan acceder a la vivienda o puedan emanciparse. Estas son barreras que solo puede salvarse con políticas que vayan más allá de la mera construcción de viviendas.
¿El alquiler puede ser una solución?
Sí, pero parcial. De las 1.059 VPO de Montesa, el 70% serán de alquiler, con precios en función de la superficie, pero ajustados. Hay familias con dificultades y jóvenes que no pueden emanciparse. Para ellos creamos en su día una bolsa de 63 viviendas destinadas a jóvenes para facilitar esa emancipación. Pagan unos 450 euros de alquiler incluido agua luz y gas. Es una respuesta. También queremos impulsar vivienda de carácter dotacional destinada a los colectivos con mayores dificultades para conseguir una vivienda. Se trata de poner recursos desde la administración para facilitar ese acceso.
¿Será más difícil en barrios históricamente diferenciados como Can Vidalet?
En general, no solo en Can Vidalet, hará falta este otro tipo de políticas, porque espacio para vivienda nueva no hay. Se necesita un programa de rehabilitación porque hay muchos edificios antiguos y poco accesibles que requieren que se les haga una actualización. La segunda Llei de Barris de la Generalitat incluyó Can Vidalet. Se hizo mucho de lo previsto pero la rehabilitación de viviendas no se incluyó. Ahora hay una oportunidad para hacerlo e intentaremos agotarla, buscando recursos por otras vías si fuera necesario.
¿No queda, entonces, suelo edificable más allá de Montesa?
Queda poco suelo. Hay algo en Can Cervera, que deberá concretarse en los próximos años. La ciudad ya muy hecha, está construida. Es compacta, pero urbanísticamente atractiva con zonas verdes y espacios públicos de calidad.
¿Esplugues es también una ciudad segura?
Hay buenos datos. En el último año se ha reducido el número de delitos en el municipio. La ciudadanía tiende a hablar de inseguridad, pero en realidad se trata de incivismo. Como los patinetes que invaden las aceras o los botellones. Es cierto que no existen grandes problemas, pero hay que seguir manteniendo el estándar actual de convivencia y mejorarlo.
La llegada de la línea L3 del metro es una de las reivindicaciones históricas de la ciudad. ¿Será un tema prioritario durante tu mandato?
La ampliación de la L3 del metro es estratégica para Esplugues. Lo es para la movilidad cotidiana, lo es como intercambiador con el tranvía y las líneas de autobús que vienen del resto del Baix Llobregat y lo es, especialmente, porque el país tiene una deuda con el hospital de Sant Joan de Déu, un hospital de referencia que atiende a una gran parte de la población del área metropolitana -a nivel pediátrico- y ahora todavía más con la especialización del Pediatric Cancer Center. Es una deuda pendiente porque hay que garantizar el acceso a personas que vienen con niños con dificultades o con problemas de movilidad y que merecen un transporte público de calidad. Que la L3 del metro llegue al centro de Esplugues seguirá siendo nuestra reivindicación.
¿Y el sueño se va a acabar haciendo realidad más pronto o más tarde?
Con la construcción del futuro Hospital Clínic en la Diagonal se abre una oportunidad muy importante que puede hacer que el metro llegue antes de lo que se podía prever. El Clinic al final puede ser una palanca que acelere el proyecto porque también habrá que garantizar la movilidad del nuevo hospital. Pero siempre conservando el proyecto ejecutivo que ya tenemos.
¿Existe el riesgo de que el metro acabe llegando hasta el Clínic pero no más allá, ni a Sant Joan de Déu ni al centro de Esplugues?
No. Ni lo contemplamos ni se ha planteado. Lo que sí está sobre la mesa es la posibilidad de que haya una modificación del trazado previsto, pero sin abandonar lo que ya tenemos. Incluso se ha planteado que la estación del Clínic, según cómo se ubique, pueda dar servicio a la vez al hospital Sant Joan de Déu. Porque, en realidad, si se traza una línea recta desde las pistas universitarias (ubicación del futuro Clínic) hasta Sant Joan de Déu estamos hablando de una distancia de 150 metros, aunque a diferente altura.
“El traslado del Clínic abre la puerta a que la L3 del metro llegue antes de lo previsto”
Una altura que no es insalvable…
No lo es. En el proyecto ejecutivo actual la estación que da servicio a Sant Joan de Déu está dotada de ascensores que bajan desde el hospital hasta los andenes, porque le metro en ese punto pasa muy abajo.
¿Proyecto ejecutivo significa calendario inminente?
Como se ha abierto la posibilidad de una modificación del trazado para dar servicio al Clínic este asunto es prioritario. De las primeras cosas que voy a hacer como alcalde va a ser pedir una entrevista con la consellera de Territori (Sílvia Paneque) para hablar precisamente de este tema y del calendario. Lo que no queremos es que todo se ralentice. Aunque insisto en que creemos que el Clinic será una palanca para que el metro sea una realidad.
En cualquier caso, el traslado del Clínic es una buena noticia para Esplugues
Va a suponer la creación de una zona de nueva centralidad metropolitana entono al centro de Esplugues y al barrio de Finestrelles. Esto va a impulsar la llegada de empresas del ámbito de las ciencias de la salud al parque empresarial de Porta Diagonal, vinculado también a otro centro sanitario de la zona: el Hospital Sant Joan de Déu. El primer hito de este proyecto ha sido la cesión por parte del ayuntamiento de un solar para construir el edificio Unicas Net, del Sant Joan de Déu, vinculado con las enfermedades minoritarias y el I+D. A esto hay que sumar las sinergias con el Hospital de Bellvitge, en L’Hospitalet, y la vinculación de todo con la Universitat de Barcelona (UB). La construcción del Hospital Clínic en la Diagonal es un proyecto de país.
Un proyecto de país que lo cambia todo
Sí, es un cambio en todo lo que significa el territorio. Hablamos de modificación de infraestructuras y de un cambio sustancial en conexiones. Por ejemplo, se reformará la autopista B-23, lo que será como prolongar la Diagonal hasta Sant Joan Despí. La autopista se convertirá en una avenida y se solucionarán las conexiones imposibles entre la B-23 y B-20 con un nuevo nudo viario que generará muchos metros cuadrados de suelo para destinar al microsistema entorno a la biomedina que se extenderá desde Sant Joan de Déu hasta Belvitge, gracias al clúster con L’Hospitalet. Además, la voluntad de que el Clínic es que su proyecto también mire hacia el sur, hacia los barrios de Ca n’Oliveres y Can Vidalet. que sea permeable. En ese espacio al sur del Hospital Clínic tenemos la voluntad de desarrollar nuevos equipamientos, universitarios, docentes, deportivos y también viviendas. En ese sector ya se están construyendo tres bloques de pisos: uno de promoción privada y dos de protección oficial. Sin duda el Clínic beneficiará a la ciudad y a su ciudadanía (que tendrá más oportunidades de trabajo) y traerá una mejora de las infraestructuras y la movilidad. Es una intervención que va más allá de lo sanitario.
Una efervescencia total. ¿Se está preparado para un desembarco empresarial de estas dimensiones?
Por supuesto. En 2009 se aprobó un plan urbanístico de los tres polígonos industriales de la ciudad (El Gall Montesa y la Plana) que se orientó a captar nueva actividad económica, pero de la industrial de hoy en día, nada que ver con la de antes. Teníamos un problema porque algunas de las actividades relacionadas con la tecnología, por ejemplo, no estaban consideradas como actividad industrial porque no eran puramente productivas, logísticas o manufactureras sino de valor añadido. Había dificultades hasta para darles una licencia. Por ejemplo, una empresa automovilística está interesada en traer aquí su sede de diseño. ¿Eso es industria? Ahora sí.
El plan está funcionando...
Se puede considerar que ha sido un éxito. Las empresas interesadas en invertir lo primero que preguntan es: “¿Aquí qué puedo hacer? ¿Puedo hacer esto, puedo hacer lo otro? Y podemos darles una respuesta positiva. Hemos creado las condiciones para que las cosas pasen. Tenemos claro el objetivo que queremos alcanzar apostando por este tipo de actividades económicas, pero para lograrlo dependemos de la iniciativa privada.
¿Ya hay movimiento?
Sí. Estamos contentos porque se están produciendo los primeros cambios. Por ejemplo, la antigua planta de Braun se ha reconvertido en un espacio para acoger actividades de investigación con una reforma arquitectónicamente muy atractiva. Hay más iniciativas en esta línea e incluso empresas que actualmente están en el distrito 22@ de Barcelona se están mudando a Esplugues.
A la hora de atraer actividad económica ¿El Biopol de L’Hospitalet os disputa las inversiones?
Para nada. Su proyecto Biopol, entorno al hospital de Bellvitge y nuestra Porta Diagonal ,con el Hospital Sant Joan de Déu como epicentro, son dos proyectos complementarios. No competimos entre nosotros porque a las empresas les interesan ambos proyectos. Al final son las compañías las que acaban decidiendo a dónde se van pero para los dos municipios se trata de una única cosa.
Lo he dado por sentado desde el principio de la entrevista, pero confírmalo: ¿Te presentarás a la reelección en 2027?
Sí, claro. Por supuesto. III
“Impulsar la actividad económica no significa olvidarse de la parte social” |
¿Cuál es el rumbo que seguirá Esplugues a partir de ahora, contigo al mando? El actual momento de la ciudad es óptimo, así que hemos de seguir apostando fuerte, como hasta ahora, por consolidar las actividades vinculadas con afianzarnos como un área de nueva centralidad metropolitana y lo que eso conlleva de mejora de las infraestructuras, las conexiones viarias y los servicios. Pero sin olvidar la vertiente social, porque camina en paralelo a la económica. ¿Economía y cohesión social no son excluyentes? Hay que apostar por ambas con la misma intensidad, porque el objetivo final es mejorar la vida de los ciudadanos. Nadie puede quedarse atrás porque la ciudad se centre en la actividad económica y se olvide de la parte social. Hay que avanzar en ambas direcciones. ¿Y dónde se notarán esos avances? Hay proyectos inmediatos que verán la luz este mismo mandato como el teatro-auditorio, que llevará el nombre de Carme Chacón, y la nueva comisaría de policía. También se está trabajando en el proyecto de una nueva piscina municipal y en la creación de nuevos espacios verdes. También va a ser un elemento cohesionador aprovechar el patrimonio cultural para generar nuevas oportunidades de posicionamiento de la ciudad y para amortizar las inversiones. Como el Espai Corberó, que permite conjugar la actividad económica y la cultural, acogiendo eventos como, por ejemplo, la Quinzena de la Dansa que sitúan a la ciudad como un referente. La creación de la identidad propia de la ciudad ha de ir de la mano de la acción social. |