El Hospital Universitari de Bellvitge realizó con éxito una cirugía robótica pionera para extraer un carcinoma adenoide quístico en la carina traqueal, considerado riesgoso por otros centros. La intervención, menos invasiva, permitió una recuperación más rápida y fue posible gracias a un equipo multidisciplinar altamente cualificado.
El Hospital Universitari de Bellvitge ha vuelto a realizar una intervención quirúrgica pionera mediante el uso de la robótica: una cirugía de alta complejidad para extraer un carcinoma adenoide quístico (un tumor muy poco frecuente y resistente a la quimio-radioterapia) ubicado en la carina traqueal, la zona de la tráquea que se bifurca en los dos bronquios principales hacia los pulmones.
A raíz de la naturaleza del tumor, la cirugía era el único tratamiento posible en este caso. Según ha revelado el Hospital, esta operación había sido “desestimada” por otros centros médicos, que consideraban inviable realizar la intervención debido a los elevados riesgos que implicaba. Pero Bellvitge ha dado luz verde a la operación, a pesar de los riesgos, gracias a su dominio de la tecnología robótica.
Si se aplica la cirugía convencional, esta intervención requiere abrir los dos lados del tórax para extraer el pulmón izquierdo del paciente. Una vez extraído el tumor, el siguiente paso sería conectar la tráquea con el pulmón derecho. Así, efectivamente se trataría de una intervención muy invasiva, con alto riesgo y con una recuperación larga y dolorosa. Ahora bien, el Hospital de Bellvitge no ha aplicado este procedimiento, sino que se ha servido de la ventajosa robótica, un área en la que ya es todo un experto. Con el uso de esta herramienta, solo ha sido necesario hacer una única incisión de unos cuatro centímetros para extraer el tumor.
Un equipo cualificado y coordinado
A pesar de los riesgos (que todavía hacían más difícil este reto), la operación de Bellvitge ha sido todo un éxito. Gracias al uso de la robótica, el procedimiento ha sido mucho menos invasivo, disminuyendo el trauma quirúrgico y el tiempo de recuperación de la paciente, así como el dolor postoperatorio. Según ha confirmado el Hospital, la paciente intervenida ha evolucionado favorablemente.
La intervención ha contado con la colaboración de un equipo multidisciplinar de profesionales del Hospital (anestesiólogos, intensivistas, neumólogos, oncólogos y personal de enfermería especializada), con la colaboración del Dr. Diego González Rivas, cirujano torácico con una vasta experiencia en el campo (más de 1.000 intervenciones cada año). “Este procedimiento sin precedentes ha sido posible gracias a la colaboración de un equipo multidisciplinar altamente cualificado”, ha explicado la Dra. Amaia Ojanguren, jefa del Servicio de Cirugía Torácica, “cuya experiencia ha garantizado la seguridad de la paciente en todo momento y el éxito de la cirugía”. Según la Dra. Ojanguren, la presencia del Dr. González Rivas ha sido esencial para afrontar y conseguir este reto quirúrgico, alegando que su colaboración ha permitido “potenciar” aún más el talento y la experiencia del equipo.
Un gran desafío para el Hospital
Según ha compartido el Hospital, uno de los principales retos de la cirugía ha sido asegurar la oxigenación constante de la paciente, incluso cuando su vía aérea estaba desconectada. La solución del equipo de Bellvitge ha sido aplicar una técnica por membrana extracorpórea (ECMO), un método poco común en cirugías torácicas, pero increíblemente necesario para asegurar el éxito de esta. Según el Dr. González Rivas, “esta operación demuestra que los procedimientos de tantísima complejidad son posibles si se dejan en manos de un equipo experto”.
La Dra. Amaia Ojanguren, jefa del Servicio de Cirugía Torácica, ha señalado el éxito en la operación como “un gran avance en el campo de la cirugía torácica”. Gracias a esta nueva victoria del equipo de cirugía, el Hospital de Bellvitge mantiene su posición privilegiada como un centro de referencia para operaciones de alta complejidad. Además, este caso es un ejemplo de que muchos pacientes acuden a Bellvitge como “centro de segunda opinión” cuando otros centros médicos, sin tanta experiencia o recursos innovadores, descartan una intervención por su dificultad.