El edificio PISA de Cornellà, diseñado por Peris + Toral Arquitectes, ha ganado el Premio RIBA International por su innovador uso de madera y diseño flexible. Con 85 viviendas de protección oficial, promueve la sostenibilidad y adaptabilidad a diversas formas de vida, destacando su enfoque inclusivo y democrático en la arquitectura.
El edificio PISA de Cornellà, una de las promociones de viviendas con protección oficial que impulsa el IMPSOL en la ciudad, ha ganado el Premio RIBA International. Este bloque de pisos, ubicado en la avenida República Argentina n.º 21 en el barrio de la Gavarra, ha sido diseñado por el estudio Peris + Toral Arquitectes, siguiendo el modelo de vivienda pública del IMPSOL. La mayor peculiaridad de este edificio residencial son sus cinco plantas hechas con una estructura de madera, que se apoya sobre una base de hormigón armado en la planta baja.
Estos premios, concedidos por la influyente institución Royal Institute of British Architects (RIBA), son uno de los galardones de arquitectura más prestigiosos a nivel mundial, por lo que supone un gran reconocimiento para Cornellà. El presidente del RIBA, Muyika Oki, ha reconocido “el inspirador proyecto de vivienda” de Peris + Toral, destacando su “espíritu transformador y aspiracional”, que “demuestra un cambio genuino en el campo de la arquitectura”.
Según ha expresado el presidente Oki, la promoción PISA se ha ganado este premio gracias a su “enfoque radical” y su “esquema visionario”, que son “un claro ejemplo de la capacidad de los arquitectos para crear nuevas soluciones para el desafío de construir viviendas accesibles a todo el mundo” una de las principales preocupaciones a nivel global.
Un diseño “democrático” y “flexible”
El jurado de los premios RIBA ha premiado el diseño de las viviendas del edificio PISA, que permite que “cada habitación pueda cambiar su uso muy fácilmente”. Así, con este galardón, la institución ha reconocido la capacidad del edificio para “adaptarse a nuevas formas de vida, más allá de la familia tradicional”, gracias a su “flexibilidad y adaptabilidad a lo largo del tiempo”. “La idea de familia ha cambiado radicalmente en los últimos años”, ha proseguido el jurado, “y justo la arquitectura puede hacer que las casas sean más democráticas y abiertas a todo tipo de familias”.
Este mismo edificio ha recibido ya dos galardones, en los premios CSCAE de 2022 (del Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos de España) y en la XV Bienal Española de Arquitectura y Urbanismo (BEAU). Además, también ha quedado finalista en los Premios Mies van der Rohe, un galardón de la Unión Europea que reconoce la excelencia de los mejores proyectos arquitectónicos de Europa.
El primer edificio del IMPSOL en usar madera en la estructura
El modelo de vivienda pública del IMPSOL tiene una identidad propia, fundamentada en tres ejes principales: sostenibilidad, innovación e inclusividad. Así pues, presenta un diseño de vivienda totalmente flexible, que se adapta a una sociedad cada vez más dinámica en la que surgen nuevas formas de vivir. El edificio PISA, concretamente, está compuesto por 85 viviendas de protección oficial distribuidas en cuatro plantas de madera. La planta baja, hecha de hormigón, alberga un local comercial de uso comunitario.
El edificio PISA fue pionero en el uso de la madera para la estructura, un modelo que el IMPSOL ha ido implantando en otras promociones desde este debut. La madera procede de Euskadi, importada a través de la empresa vasca Egoin, como una forma de promover la arquitectura nacional y de proximidad. El uso de este material ha hecho que el proceso constructivo sea mucho más rápido y genere menos residuos, contribuyendo a la sostenibilidad que el IMPSOL defiende por encima de todo.
Un edificio más que sostenible
Así, además de ser completamente innovadora, la estructura de madera ha reducido la huella ecológica del proceso constructivo y minimizar las emisiones de CO2 del edificio, gracias a la incorporación de este material sostenible y fácilmente reciclable, que además cumple con todos los requerimientos técnicos de seguridad, estabilidad, y resistencia al fuego y a posibles terremotos.
Además, la promoción ha recibido la calificación energética A gracias a otras medidas sostenibles, como el aumento del aislamiento térmico y la ventilación cruzada, que permite reducir el uso de calefacción, luz y aire acondicionado (y, por ende, el consumo energético). El edificio utiliza también un sistema de aerotermia para la calefacción y el agua caliente y está equipada con placas fotovoltaicas para el autoconsumo de luz eléctrica en los espacios comunitarios.
Un diseño para todo el mundo
Otro de los grandes pilares del IMPSOL y del edificio PISA, tal y como han premiado los miembros del jurado del RIBA, es la flexibilidad en el uso de los espacios y la adaptación a todos los modelos de familia de la actualidad. Así pues, el diseño del edificio se ha basado en un criterio de inclusividad, incluyendo viviendas con una, dos y tres habitaciones, adaptándose a todo tipo de formas de vida e inquilinos. Además, el diseño de cada apartamento se ha realizado entorno a la cocina, un espacio abierto y central a partir del cual se han distribuido todas las habitaciones de la vivienda.
Todos los espacios de la vivienda tienen dimensiones similares, y se han eliminado completamente los pasillos en su diseño, una estrategia que permite que los diferentes aposentos de cada apartamento no tengan una función predefinida ni asignada: un mismo espacio puede transformarse en una habitación, una oficina, un comedor, etc. De este modo, cada vivienda puede adaptarse al estilo de vida y situación personal de cada residente y adaptarse a su posible evolución. Además, la amplitud de cada espacio invita a los inquilinos a pasar tiempo en compañía.