Los queridísimos Pastorets de Sant Boi vuelven a casa por Navidad. Y este año, están de aniversario. El Col·lectiu Teatral Tripijoc, que organiza cada año estas representaciones teatrales navideñas, celebra 45.º años llenando el Teatre Can Massallera de pastores con sus ovejitas, de traviesos demonios y de preocupados ángeles — pero, sobre todo, de risas. Esta festiva edición tendrá tres representaciones: el miércoles 25 de diciembre a las 19h, el jueves 26 a las 19h y el sábado 28 de diciembre a las 18h.
Desde 1980, Els Pastorets de Sant Boi consiguen darle un toque más ameno a las solemnes escenas propias de la Navidad, presentando el nacimiento del niño Jesús y las ofrendas de los pastores de una forma divertida y cómica. Gracias a la colaboración desinteresada de casi 40 actores de todas las edades y a todo el equipo que hay detrás del escenario, año tras año sale adelante este gran proyecto, que ya es inseparable de las tradiciones navideñas samboyanas. “Somos una gran familia que no concibe la Navidad sin los Pastorets”, así describe el propio colectivo Tripijoc la ilusión y cariño que hay detrás de cada representación y que no se ha perdido después de 45 años.
Els Pastorets de Sant Boi es, pues, un espectáculo para todos los públicos, que sigue las divertidas situaciones que se crean entre los pastores que van camino al establo para adorar al recién nacido Jesús y los demonios que se cruzan en su camino para impedir (¡sea como sea!) el nacimiento de Jesús. Cada uno de ellos tiene una misión en mente y corazón, dos objetivos totalmente opuestos que llenan la historia de comicidad cuando chocan. Pero, por suerte, dos ‘angelitos’ cuidan de los pastorcillos, Sant Miquel y Sant Gabriel, para pararles los pies a los demonios que no dejan de tramar trastadas.
Los entrañables personajes
Uno de los puntos fuertes de las representaciones son sus personajes, que buscan la complicidad del público en todo momento para meterles de lleno en la historia y, cómo no, hacerles reír. Entre el elenco, además de la estrella del momento, el niño Jesús (que no es un muñeco, sino un bebé de carne y hueso), uno de los personajes más emblemáticos es Somiela, una ama de casa hospitalaria y generosa, pero con un mal genio que no tarda en salir a la luz si algún pastorcillo la hace enfadar: tan fácil les acoge en su casa como les echa a patadas.
El ‘rebaño’ de pastores son los héroes de esta historia, caballeros que se enfrentan a mil demonios (literalmente) para llenar a su destino. Y este grupo de héroes es completamente variopinto. Tenemos al dormilón, hambriento y un poco pícaro Benjamí; al justiciero Climent, que luchará contra el mal y las injusticias más que nadie; el responsable Jeret, que se termina comiendo siempre la carga de solucionar los problemas; y al tranquilo, calmado (y un poco en babia) pastorcillo Batuel.
Risas, música, baile… ¡acción!
Y no hay héroe sin antihéroe. Aquí es donde entra Banyeta, el personaje más ‘incomprendido’ de la historia. El demonio que nunca consigue impedir que se cumpla la profecía que anuncia el nacimiento de Jesús (y mira que lo lleva intentando años). Lo que sí consigue, año tras año, es hacer reír al público como nadie.
Todos estos personajes, y alguno que otro más, consiguen crear un vaivén de situaciones cómicas que año tras año conquista al público. Además de los diálogos y los enredos entre pastores y demonios, otro elemento fundamental en Els Pastorets es la música y el baile, que llenan el escenario de un ambiente festivo y animado.
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