El Ayuntamiento de Sant Joan Despí está entregando las llaves de los 115 pisos de una promoción de vivienda de protección oficial con una larga historia. Tras casi 15 años de camino, por fin ha dado una nueva vida a dos bloques de pisos abandonados a medio edificar entre la calle Fontsanta y la avenida de Barcelona, para todo el pueblo conocidos como "el esqueleto".
La historia se remonta a la época de auge y caída del mercado inmobiliario de los primeros años del milenio. Antes de la crisis, comenzaron las obras de dos edificios, por aquel entonces concebidos como una promoción de vivienda privada. Pero llegó 2010, y con él la gran crisis inmobiliaria que hizo insostenible terminar el proyecto. Por ende, se paralizaron completamente las obras, dejando únicamente una estructura de hormigón desnuda y desprotegida. Los restos óseos de un ambicioso proyecto que nunca llegó a ver la luz.
Con el paso de los años, la estructura ha sufrido las consecuencias de su abandono, con un evidente daño estético y un alto peligro de derrumbamiento que llegó a causar la muerte de dos personas que accedieron al recinto, saltando la valla preventiva que había instalado el gobierno municipal. Ante el decadente estado de dos edificios desaprovechados y tras el incidente, el Ayuntamiento decidió actuar, determinado a convertir estos ‘esqueletos’ inertes en dos promociones de vivienda pública.
Un largo y arduo proceso de expropiación
Para conseguirlo, el gobierno municipal tuvo que modificar el Plan General Metropolitano para que este mismo terreno (por aquel entonces ocupado por dos edificios privados sin terminar) pudiera acoger viviendas protegidas. Una vez realizado este trámite, el siguiente paso era adquirir la propiedad. El proceso de expropiación no ha sido fácil, ni rápido, ni barato, pero ha salido adelante.
El Ayuntamiento se enfrentaba a un reto sin precedentes: era la primera vez que una administración local había apostado por adquirir inmuebles por esta vía. Con una inversión de 8,5 millones de euros, el consistorio tuvo que comprar los derechos hipotecarios de la propiedad a la Sociedad de Activos procedentes de la Reestructuración Bancaria (SAREB), que por aquel entonces se conocía como “el banco malo”. Una vez pasaron a ser propiedad municipal, solo quedaba añadirle la ‘carne’ al ‘esqueleto’: terminar el proyecto que había quedado a medias y reformar los edificios para albergar viviendas protegidas.
"El gran problema de nuestra sociedad”
Y esta misma semana el Ayuntamiento ha llegado a su destino. “El ‘esqueleto’ ha pasado de ser una prueba de la especulación inmobiliaria que hundió al país en una de las mayores crisis en los últimos tiempos”, ha explicado la alcaldesa de Sant Joan Despí, Belén García, “a convertirse en un ejemplo de la lucha municipal por garantizar el acceso a la vivienda a toda la ciudadanía”. Según la alcaldesa, “este largo proceso evidencia la apuesta del municipio por la vivienda protegida”, ha añadido, “capaz de poner en marcha todos los mecanismos posibles para dotar a la ciudad de más vivienda a precios públicos”.
Según la alcaldesa, esta nueva promoción es “una prueba de las actuaciones municipales que estamos llevando a cabo para promover más vivienda pública en el municipio, ofreciendo a la ciudadanía precios más asequibles”. “El acceso a la vivienda es uno de los mayores problemas que tenemos hoy en día como sociedad”, ha concluido García. Por eso mismo, el Ayuntamiento de Sant Joan Despí ha aprobado recientemente el nuevo Plan de Vivienda 2024-2029, que contempla edificar otros 400 pisos de protección oficial.