El Hospital Sant Joan de Déu realizó con éxito una cirugía única en un bebé de ocho meses con tetralogía de Fallot y estenosis traqueal. La intervención, que duró cinco horas y requirió a 20 profesionales, mejoró significativamente su respiración, permitiendo su alta un mes después.
El Hospital Sant Joan de Déu (Esplugues) ha realizado con éxito una intervención quirúrgica en un bebé de ocho meses, que presentaba una malformación en el corazón y otra en la tráquea.
El recién nacido presentaba una cardiopatía congénita grave, la tetralogía de Fallot, que dificulta la entrada de la sangre en los pulmones. Esta malformación cardíaca ya había sido detectada durante el embarazo de la madre, visible en las ecografías prenatales, pero la estenosis traqueal no pudo diagnosticarse hasta pocos días después del nacimiento. El bebé había nacido con una tráquea increíblemente estrecha en toda su longitud, una malformación que agravaba los síntomas de la cardiopatía. La combinación de ambas malformaciones ponía en grave peligro la vida del bebé, que presentaba una grave insuficiencia respiratoria y un sonido respiratorio anormal que podría ir a peor si no se realizaba una intervención urgente.
Ahora bien, una cirugía de estas características no solo es compleja, sino también insólita. Es la primera vez en la historia que un hospital español aborda las dos malformaciones en una única cirugía, porque la convivencia de ambas malformaciones es muy poco común. “Es un caso muy excepcional”, ha explicado Stefano Congiu, jefe de Cirugía Cardíaca del Hospital, “ni siquiera hemos encontrado testimonios en la literatura científica”. “Normalmente los niños presentan una u otra malformación, es extremadamente infrecuente que se produzcan las dos a la vez”, ha añadido Congiu.
La mejor opción era una única operación
Con muy poca información y muy pocos casos con los que compararlo, el Hospital Sant Joan de Déu se enfrentaba a un gran desafío con esta operación. Los especialistas del Área del Corazón y del Servicio de Otorrinolaringología sabían que no podían arriesgarse a tomar decisiones precipitadas: si intervenían cada malformación por separado, las posibilidades de supervivencia eran casi nulas. “Sabíamos que, si lo operábamos primero solo de una al poco de nacer, el niño no toleraría el postoperatorio”, ha explicado Stefano Congiu.
Por eso mismo, los especialistas decidieron esperar a que el bebé ganara peso para reparar simultáneamente ambas malformaciones y reducir al máximo los riesgos postoperatorios. La familia aceptó la propuesta de los médicos y esperó, pacientemente, la llegada de la operación.
El procedimiento quirúrgico, paso a paso
Con ocho meses de vida, el bebé ha pasado por quirófano el día 17 de julio de este año, en una larga intervención de cinco horas que ha requerido a un equipo de 20 profesionales. Durante las primeras horas, los cirujanos cardiacos han reparado la malformación del corazón, cerrándole esa comunicación anómala entre los dos ventrículos con un parche y ampliando la salida del ventrículo derecho hacia los pulmones, para eliminar todos los obstáculos en la circulación y permitir una correcta oxigenación de la sangre.
Tras asegurarse de que todo estaba correcto con una ecocardiografía, ha sido el turno de los cirujanos otorrinolaringólogos. Con el bebé todavía en circulación extracorpórea, los cirujanos han hecho un inciso en la zona media de la tráquea para cortarle una sección, desplazando los extremos para ampliar el conducto traqueal, a base de sobreponerlos.
Dado de alta tras un mes en la UCI
Una vez terminada la exitosa intervención, el bebé ha sido trasladado a la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) para asegurar su correcta recuperación postoperatoria. “Gracias a la intervención ha mejorado muchísimo la respiración del paciente”, ha asegurado Oliver Hang, jefe del Servicio de Otorrinolaringología del Hospital Sant Joan de Déu, “y ya no produce estridor”. A raíz de este progreso, el bebé ha sido dado de alta tan solo un mes después de la cirugía.