Un estudio revela que el 68% de los niños en El Prat tiene contacto con pantallas antes de los 2 años. Aunque muchos cumplen recomendaciones en días lectivos, el uso excesivo persiste en festivos. La enfermera Emi Ruiz advierte sobre las consecuencias y llama a padres y profesionales a actuar para reducir esta tendencia.
En una sociedad ‘virtualizada’ y devota de la ‘digitalización’, cada vez es más habitual ver a niños y jóvenes pegados a una pantalla (tabletas, teléfonos móviles, consolas, televisores, ordenadores…), un ‘hábito’ que adquieren cada vez más pronto. La Organización Mundial de la Salud (OMS) desaconseja rotundamente exponer a los menores de tres años a estos dispositivos electrónicos, porque los estímulos constantes de luz, sonido y movimiento son contraproducentes: afectan negativamente al desarrollo de su córtex prefrontal, lo que puede disminuir drásticamente su capacidad de concentración o su control de los impulsos.
Ahora bien, la realidad es otra muy distinta: y así lo ha corroborado Emi Ruiz, enfermera de atención primaria del Institut Català de la Salut (ICS) y especialista en atención familiar y comunitaria en el CAP Disset de Setembre de El Prat. Ruiz ha decidido realizar un estudio sobre la exposición temprana de los niños a las pantallas, en el que han participado 1.583 familias de El Prat. Estas familias han respondido a una encuesta online, que se ha hecho llegar desde los centros educativos de la ciudad, gracias a la colaboración del Ayuntamiento. Esta encuesta ha ido dirigida a las familias con menores de entre 0 y 12 años.
Según los resultados del trabajo, publicado en la revista científica de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN), el 68% de los menores han tenido su primer contacto con las pantallas digitales antes de cumplir los 2 años.
Pantallas: festivos vs. lectivos
Según la encuesta realizada a estas 1.500 familias, el 42,3% de los menores de 12 años pasan entre dos y cuatro horas frente a una pantalla durante los días que no van al colegio. La gran mayoría supera las dos horas diarias en festivos, y un 14% está entre cuatro y seis horas de media. Algunos incluso llegan a superar las seis horas al día (4,67%). Es innegable, pues, que prácticamente todos los niños y jóvenes no cumplen las recomendaciones de los expertos, que aconsejan un consumo digital por debajo de las dos horas los días festivos y de menos de una hora entre semana.
Sin embargo, parece que en los días lectivos la mayoría de los menores de 12 años cumplen con estas recomendaciones. Un 44% de los encuestados utilizan las pantallas menos de una hora en los días que hay colegio, e incluso un 8,5% no se conecta en absoluto. Sin embargo, el otro 36,5% reconoce que los menores superan las dos horas de exposición a las pantallas incluso entre semana.
Normas en casa, pero insuficientes
El estudio también ha revelado una emergente moda de comer frente a una pantalla, un hábito que tienen el 61% de los niños encuestados. Además, el 33% de los niños ya tienen su propio móvil entre los 10 y los 11 años.
Paralelamente, el estudio también ha indagado sobre el comportamiento que adoptan los padres, madres y tutores ante el uso que hacen los menores de las pantallas. Alrededor de la mitad de las familias han puesto normas de uso en casa y limitan activamente las horas de consumo de sus hijos. A pesar de ello, el 95% son conscientes de que los menores hacen un uso excesivo de estos dispositivos y, de hecho, están al tanto de las consecuencias de esta sobreexposición a las pantallas (trastornos de aprendizaje, problemas de sueño, dependencia y adicción, etc.).
Los adolescentes, población de riesgo
Según la enfermera de El Prat que ha dirigido el estudio, “la exposición a las pantallas va creciendo proporcionalmente con la edad”. Así pues, si los resultados ya son “alarmantes” entre los menores de 12 años, las cifras se dispararían si se realizara la misma encuesta entre las familias de los adolescentes. Por eso mismo, la enfermera Emi Ruiz ha hecho un llamamiento a los padres de los menores de 12 años, para que “tomen conciencia sobre el uso correcto de las tecnologías” e implementen estrategias adecuadas para “parar esta tendencia en las generaciones futuras”.
“Las familias tenemos que ser un referente para nuestros pequeños”, ha subrayado Ruiz. Según la enfermera, además de los padres, también deberían colaborar en este reto los profesionales de la salud, el profesorado y personal educativo, las entidades sociales y los programas comunitarios. Porque el reto de disminuir el uso de las pantallas entre los menores “debería ser uno de los principales objetivos a seguir”.
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