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La iniciativa que va a cambiar el futuro emocional educativo de L'Hospitalet: sus éxitos y desafíos
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La iniciativa que va a cambiar el futuro emocional educativo de L'Hospitalet: sus éxitos y desafíos

Por Sonia Algaba Benito
viernes 14 de febrero de 2025, 13:00h
El programa Fem Comunitat Educativa LH mejora el bienestar en las escuelas con un enfoque flexible y adaptado a cada centro. Varios docentes señalan la falta de coordinación y de recursos de la iniciativa para atender las necesidades de los estudiantes.

El bienestar emocional en el ámbito educativo se ha convertido en un desafío clave para las comunidades escolares en los últimos años.En respuesta a esta creciente necesidad, el Ayuntamiento de L’Hospitalet ha impulsado el programa Fem Comunitat Educativa LH, una iniciativa que busca mejorar el bienestar de alumnos, familias y docentes en los centros educativos de la segunda ciudad de Catalunya. La colaboración de la Diputación de Barcelona ha sido clave para la financiación del proyecto porque aportó fondos a la prueba piloto y actualmente sigue apoyando el programa.

El origen de este proyecto se remonta a la creciente preocupación de la comunidad educativa por el malestar emocional de los estudiantes, que se había intensificado en los últimos años, especialmente tras la pandemia del Covid-19. “Los órganos de participación (como el Consell Educatiu de Ciutat y los consejos escolares) nos alertaron de un aumento en las necesidades emocionales de los alumnos y sus familias”, explica Mª José Pérez, jefa de la Unidad Educadora LH. Para dar respuesta a esta problemática, el programa comenzó como una prueba piloto en los institutos públicos de la ciudad durante el curso pasado. Tras los resultados positivos, en septiembre de 2024 se implementó de manera oficial en 71 centros educativos, incluyendo escuelas infantiles, de primaria y secundaria, tanto públicas como concertadas.

Innovación y flexibilidad

Uno de los aspectos más innovadores de Fem Comunitat Educativa LH es su flexibilidad. “No es estanco, sino que se adapta a las necesidades de cada centro”, señala Pérez. Aunque se basa en tres líneas de actuación —intervención con alumnos, familias y profesorado—, cada institución tiene libertad para priorizar las acciones según sus requerimientos. “Hemos encontrado centros que han requerido observaciones de aula para detectar dinámicas no saludables entre los estudiantes, mientras que otros han solicitado recursos para mejorar la acción tutorial”, detalla Pérez.

Uno de los pilares fundamentales de Fem Comunitat Educativa LH es que promueve la colaboración entre agentes educativos y servicios municipales. “Hemos establecido una coordinación sistemática y periódica que nos permite ofrecer una respuesta integral a los problemas que surgen en los centros”.

Retos que dificultan la eficacia

Fem Comunitat Educativa LH se ha pensado para mejorar el bienestar emocional de la comunidad educativa, pero los educadores afrontan retos que dificultan su eficacia. Docentes de distintos niveles del IES Maria Miret de la ciudad, como Ingrid López, coordinadora de Infantil; Yolanda Manero, tutora de 1º de ESO y profesora de Ciencias Sociales; y Sara Laguna, tutora de 6º de Primaria, ven positiva la implementación de este programa. Pero apuntan que necesita mejoras.

Ingrid López destaca la importancia del apoyo emocional en el aula. “Es una buena iniciativa para cuidar la salud mental de nuestro alumnado”, comenta. Aunque subraya la insuficiencia del programa, pues solo se cuenta con una persona para atender los casos emocionales del centro una vez por semana. Esta limitación dificulta hacer el seguimiento adecuado, especialmente y más los problemas emocionales son complejos.

Preocupa la falta de recursos

Yolanda Manero también está preocupada por la falta de recursos: “Son insuficientes para atender realmente y en profundidad las necesidades de los centros y de la comunidad educativa”. En su escuela, ubicada en Collblanc-La Torrassa, un área con una elevada diversidad cultural y social, los problemas de integración y las familias desestructuradas exigen más personal y más tiempo para brindar una atención emocional adecuada. Yolanda añade que la figura del psicólogo externo no logra generar la confianza necesaria en los alumnos, quienes no tienen una relación cercana. “Nosotros escuchamos a mucha gente, pero nadie acaba escuchándonos a nosotros, y necesitamos también herramientas para gestionar muchas cosas que nos vienen nuevas”, lamenta Manero con frustración.

Sara Laguna coincide en las limitaciones del programa, especialmente en centros que, como el suyo, se encuentran en barrios con una situación socioeconómica complicada. “Es una buena apuesta porque la salud mental hay que cuidarla, pero me parece un poco parche porque realmente no cubre lo que es necesario.” Sara destaca que la saturación de casos hace que el terapeuta no pueda ofrecer el apoyo necesario, lo que genera desconfianza sobre la efectividad del programa. Además, la falta de coordinación con el equipo docente dificulta la identificación y el seguimiento adecuado de los casos.

Fracaso escolar y familia

A nivel académico, todas las docentes coinciden en que el bienestar emocional de los alumnos es fundamental para su desarrollo y rendimiento. Ingrid explica que muchos de los casos de fracaso escolar están vinculados a problemas familiares y emocionales y “por mucho que desde el centro intentemos ayudar, solo un profesional puede tratarlos de la manera correcta.” Yolanda subraya que las necesidades emocionales afectan directamente al rendimiento escolar: “Un niño que no tiene cubiertas sus necesidades básicas no puede aprender con normalidad.”

No obstante, Ingrid reconoce que el trabajo de los terapeutas familiares socioeducativos es crucial: “Tiene relación directa con las familias cuando él considera que es necesario, y pocas se suelen negar a acceder a él.” Sin embargo, la escasez de tiempo y la saturación de casos dificultan la efectividad del trabajo y la retroalimentación con el profesorado.
En cuanto a la relación entre el profesorado, las familias y los alumnos, Ingrid López destaca que el programa ha permitido detectar casos que antes pasaban desapercibidos, ya que “alumnos que pensábamos que estaban bien han solicitado una cita con el terapeuta” y han sacado a la luz más casos. Sin embargo, su compañera Yolanda Manero considera que los cambios en la dinámica educativa aún son limitados, dado que el programa está en sus primeras fases y no se ha evaluado su impacto completo.

Saturación de las aulas

Los docentes inciden en que a la falta de formación y recursos se suma a la saturación en las aulas. Sara expresa una gran frustración: “Estamos totalmente desamparados. Vamos totalmente desbordados y más en escuelas tan complejas como en la que me encuentro.” Con ratios de más de 30 alumnos en secundaria y falta de implicación familiar, el profesorado se ve incapaz de atender adecuadamente a todos los estudiantes.
La implicación familiar resulta una pieza “clave” del éxito de este programa y de cualquier otro que trabaje “por el bienestar general del alumno,” augura Ingrid, quien y propone talleres y charlas informativas entre padres e hijos. Sin embargo, Sara señala que, debido a la falta de conocimiento sobre el programa y su implementación, muchos padres no son plenamente conscientes de su existencia.

En cuanto al futuro de la educación en L’Hospitalet, los docentes reiteran que es necesario mejorar las infraestructuras y reducir las ratios de alumnos. Ingrid critica que “la educación está dejada” y pide más inversión en recursos y espacios educativos. Por su parte, Yolanda enfatiza la necesidad de reducir las ratios en las clases y aumentar la oferta de formación profesional en los centros públicos. Mientras que Sara lamenta que la calidad educativa está disminuyendo debido a la falta de recursos, lo que deriva en que cada vez más, los alumnos salgan con menos competencias. “Estamos perdiendo cada vez más calidad educativa porque los niños no están preparados y nosotros como profesionales, cada vez estamos peor.” III

Evaluación, consolidación y ajustes para el modelo de futuro

Aunque Fem Comunitat Educativa LH aún se encuentra en su fase inicial de implementación, los primeros resultados son alentadores. “El feedback que hemos recibido de los centros ha sido muy positivo”, afirma Mª José Pérez, jefa de la Unidad Educadora LH. “Nos lo han agradecido porque realmente responde a sus necesidades”.

Actualmente, el equipo del programa está recopilando datos sobre el alcance y la efectividad de las intervenciones. “Nuestro objetivo es evaluar qué estrategias están funcionando mejor y qué aspectos podemos mejorar”, comenta Pérez. Se estima que el programa está beneficiando a unos 20.000 alumnos, aunque las cifras concretas se conocerán en los próximos meses.

A largo plazo, la intención municipal es consolidar el programa y seguir ajustándolo, según las necesidades de la comunidad educativa. “Lo más importante es trabajar en red y asegurarnos de que todos los agentes implicados estén coordinados. Queremos evitar que los alumnos más vulnerables se sientan aún más expuestos y, en cambio, proporcionarles un entorno en el que puedan prosperar emocional y académicamente”, concluye Pérez. Fem Comunitat Educativa LH se ha convertido en un referente en la promoción del bienestar emocional en las escuelas. Su enfoque integrador y flexible lo hace único y adaptable a distintas realidades educativas. A medida que el programa avanza, su éxito podría sentar un precedente para otras ciudades interesadas en mejorar la salud emocional de sus comunidades escolares lo implanten.

Por ahora, los centros educativos de L’Hospitalet continúan explorando las múltiples posibilidades que ofrece esta iniciativa,con la esperanza de que su impacto positivo siga creciendo todavía más en los próximos años.

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