Pocas películas han podido rescatar del olvido y ungir con polvo legendario a aquellos sensacionales ingenios de cuatro ruedas - los primeros automóviles de la historia- como la película británica Those Magnificent Men in their Flying Machines’ (1965), distribuida en España como Aquellos chalados en sus locos cacharros”. El film narra las peripecias de un grupo de lcoocs del motor que se lanzan a la aventura de participar en una gran carrera entre Londres y París en 1910- a los mandos de sofisticados bólidos que ahora consideraríamos piezas de museo- en la que corren todo tipo de disparatadas aventuras y acrobáticas peripecias, rivalidades y hasta amoríos. Ese amor por la antiguallas del mundo del motos sigue presente un siglo después en el Baix Llobregat y L’Hospitalet, bien sea porque algunos todavía conservan alguno de aquellos modelos únicos (anteriores a 1928 si son coches y a 1938 si son motos) que solo hemos visto en el cine o, sobre todo, porque entre esos ‘chalados’ hay algunos que siguen lanzándose a la aventura de recorrer la distancia entre Barcelona y Sitges a los mandos de sus locos cacharros al menos una vez al año para disfrute de un público entusiasta que llena las calles a su paso.
Este domingo 6 de abril, una nueva edición del Rally Internacional de coches de época entre Barcelona y Sitges (concretamente la que hace el número 67) ha vuelto a llenar de color y artilugios centenarios las vías que unen la capital catalana con la capital del Garraf, pasando por L’Hospitalet, Cornellà, Sant Boi, Viladecans, Gavà y Castelldefels. En el paseo dominical han participado vehículos nacionales, pero también procedentes de Francia, Italia, Bélgica y Reino Unido, lo que reafirma el carácter internacional de la prueba.

Como demuestra el video que ilustra estas líneas, los paseantes –en este caso los de Sant Boi- han podido viajes en el tiempo sin bajarse de la acera viendo pasar a los más de 80 participantes en el evento, que lucen majestuosos como si acabaran de salir de las líneas de producción. Y es que los participantes –tanto conductores como pasajeros- están tan metidos en su papel que visten con ropa de época, acorde con la edad del coche. Estos detalles son los que han hecho del Rally Barcelona-Sitges de la cita por excelencia de los amantes de los vehículos de los años 20 del siglo pasado.

De generación en generación
Algunos de estos ‘viejos cacharros’ llevan muchos kilómetros (o millas) en sus neumáticos y han ido pasando de generación en generación desde que un día lo comprobara el tatarabuelo o el abuelo de éste. Entre los artilugios que han desfilado por el Baix Llobregat este domingo hay auténticas joyas, que siempre despiertan la admiración y la curiosidad de los aficionados que acuden a la ruta a vitorear al paso de la comitiva.

Para poder salir a la carretera, todos los ‘viejos cacharros’ deben pasar una minuciosa revisión técnica dirigida por cuatro especialistas en vehículos históricos que son los que evalúan el mantenimiento de cada una de las antiguallas y si cumplen con los requisitos para poder arrancar de la barcelonesa plaza de Sant Jaume con destino al Garraf.
Fiesta de Interés Turístico Nacional
Este singular rally ha sido declarado Fiesta de Interés Turístico Nacional y año tras año va subiendo el listón de su propia exigencia porque, aunque se mantengan tan flamantes como el primer día, a cada nueva edición, los coches participantes suman un nuevo año en activo, lo que los hace aún más viejos aunque para ellos parezca que el tiempo se haya detenido. Lo que no deja de ser tan meritorio como sorprendente.