La UE Cornellà estrena casa y se despide de la Vía Férrea

Tras más de 70 años acumulando numerosas alegrías y alguna que otra decepción en la célebre Vía Férrea, la Unió Esportiva Cornellà despidió este fin de semana a su viejo estadio tras unos últimos días cargados de nostalgia que no empañan la ilusión ante una nueva etapa que se abre en la zona sur de la ciudad, en el barrio de Riera, en una zona colindante al estadio de Cornellà-El Prat del RCD Espanyol.

Con el primer equipo totalmente adaptado a la Tercera División -se quedó a las puertas del playoff de ascenso a Segunda B esta última temporada-, el club busca potenciar al máximo su prolífico fútbol base. No en vano, la UE Cornellà es considerada popularmente hoy día como la tercera mejor cantera de Catalunya, solo por detrás de los colosos Barça y Espanyol.

Es por eso que el club decidió apostar por dar el salto al Nuevo Campo Municipal de Cornellà, donde los más jóvenes empiezan a disfrutar ya de unas nuevas instalaciones plenamente adaptadas a sus necesidades: un campo de fútbol once, dos de fútbol siete e, incluso, un terreno de fútbol cuatro y una zona de trabajo específica para porteros. Unos amplios vestuarios, así como estancias destinadas a masajes, gimnasio y lavandería -entre otros- completan un elenco de auténtico lujo con el que el conjunto verdiblanco pretende dar un salto de calidad a medio plazo.

Sin embargo, en el deporte, como en la vida, todo tiene un precio. Y ese no es otro que el de enterrar al que se convirtió por derecho propio en prácticamente un símbolo de la ciudad: la antigua Vía Férrea. Los más veteranos del lugar -desde el directivo más reconocido al utillero más entrañable- coinciden en que costará cierto tiempo asimilar que las gradas del añorado estadio ya no volverán a rugir con fuerza haciendo temblar la legendaria marquesina de la tribuna y que ya no disfrutarán del paso de grandísimos jugadores, pero abordan con renovado optimismo el traslado a un nuevo feudo en el que quieren volver a vivir momentos de gloria de la mano del primer equipo y de un fútbol base que es la envidia de muchos.

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