A excepción de los siete años de paréntesis del los dos gobiernos tripartito sucesivos liderados por PSC -primero por Pasqual Maragall; después, por José Montilla-, Catalunya siempre ha sido comandada por partidos políticos nacionalistas. Tras unos pocos años de desgaste y crisis interna posteriores al paso por la Generalitat de Josep Lluís Carod-Rovira, Joan Puigcercós y otros mandatarios republicanos, Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) quiere sacar ahora partido a nivel local a su renovado protagonismo en el mapa de la política catalana. En el seno de Esquerra están decididos a obtener en el área de Barcelona un poder territorial como el que ostentaron hasta hace apenas tres años.
El partido independentista, tradicionalmente con pocos apoyos en la comarca del Baix Llobregat y en la ciudad de L’Hospitalet de Llobregat, aprovecha ahora el impulso del proceso soberanista -y también del creciente protagonismo de su presidente y alcalde de Sant Vicenç dels Horts, Oriol Junqueras- para celebrar reuniones en municipios de la primera y la segunda coronas del área de Barcelona, encuentros informales con líderes en los que sientan las bases para tratar de recuperar cuotas del poder local perdido tras el desgaste por su paso por el Govern tripartito (2003-2010) junto a Maragall y Montilla.
Se trata de asambleas en agrupaciones locales y de reuniones con vecinos en las que la Ejecutiva de Esquerra muestra su predisposición a abordar no sólo la cuestión de la consulta soberanista, sino también los problemas y las preocupaciones de los habitantes de los municipios. Es una herramienta más con la que el partido republicano quiere trabajar en el territorio, más allá de la alta política que acaudala el omnipresente Junqueras, para capitalizar el nuevo ascenso electoral que reflejan indiscriminadamente las encuestas encargadas por los principales medios de comunicación.
Municipios: “imprescindibles”
“Los municipios se convierten en imprescindibles ahora para Esquerra”, explica una fuente de la formación independentista, decidida a reconquistar los votos perdidos, decidida a rentabilizar electoralmente un ascenso inesperado, un resurgimiento fulgurante, una sacudida repentina, un tirón incontestable, una resurrección centelleante que algunos militantes se atreven a comparar con la leyenda del Ave Fénix, un ave capaz de renacer de sus propias cenizas y que representa al sol, que muere por la noche y reaparece por la mañana.
Como todo en la vida, la toma que Esquerra pretende acometer en los municipios del área de Barcelona lleva trabajo. Que le pregunten si no al presidente de ERC en Gavà, Andreu Pérez Lorite, uno de los dos ediles de la formación republicana que ha logrado resistir en el sur del Baix Llobregat, en la zona conocida como Delta del Llobregat. “En Gavà, tenemos mucho trabajo en el grupo municipal de Esquerra. Contamos con una publicación propia y mensual de ámbito municipalista. Hemos formado un grupo humano muy vinculado a las entidades y a las redes de población. Detrás, hay mucho esfuerzo en la calle, donde estamos muy activos, en contacto con el vecino desde nuestros mismos puestos de trabajo, resolviendo dudas a ciudadanos, respondiendo siempre a toda consulta, ya sea negativa o positiva”, explica Pérez Lorite sin dejar de atender desde la barra a los clientes de la cafetería que regenta en el centro de Gavà.
Los últimos del Deltaz
Pérez Lorite y Jordi Calatayud son los últimos concejales de Esquerra en el Delta del Llobregat (El Prat de Llobregat, Sant Boi de Llobregat, Viladecans, Gavà y Castelldefels). Se han quedado solos en una zona habitada por más de 250.000 personas acuciada por la crisis.
Tras las pasadas elecciones municipales, celebradas en mayo del año 2011, los concejales de Esquerra desaparecieron de los consistorios del sur del Baix Llobregat y también de L’Hospitalet. Todos menos los de Gavà: “El resto reventó en el Delta del Llobregat. Tenemos dos, somos los únicos en el sur de la comarca, lo que nos hace algo especiales”, admite Pérez Lorite.
El máximo dirigente local de los republicanos en Gavà encaja con agrado la comparación de Esquerra con el Ave Fénix y también la de Esquerra del Baix Llobregat con una rara avis. “Descendimos hasta el fondo entre 2010 y 2012, pero ahora contamos con nuevos votantes y hemos ganado simpatía entre ellos a la vez que seriedad en nosotros mismos. En el Baix Llobregat, nunca lo hemos tenido fácil, por nuestras características”.
Nueva época, nuevo rol
Tras una etapa de travesía en el desierto, una vez descabalgados los divos Carod-Rovira, Puigcercós y Ernest Benach, los independentistas han vuelto a un escenario contemplado tres décadas atrás en el tiempo. Y es que Esquerra tiene capacidad para dar su apoyo a un Gobierno catalán encabezado por CiU, un extremo innecesario antes de que Artur Mas fracasase con su última convocatoria de elecciones en noviembre de 2012, una cita con las urnas que promulgó con la esperanza de librarse de su pacto con Alicia Sánchez-Camacho (PP catalán) y de convertirse en el presidente más poderoso de la Cataluña reciente. Pero Mas confundió su deseo con la realidad.
La estrepitosa derrota de CiU (dejó en el camino 12 diputados cuando pensaba que iba a obtener una indiscutible mayoría absoluta) trasladó a Esquerra desde su papel de comparsa en el Parlament durante el breve primer mandado de Mas -con un líder (Junqueras) sin escaño que además no ejerció el rol de principal opositor a la polémica política de recortes públicos acometida por el Govern- a actor principal de una época, la actual, que será siempre recordada por el órdago soberanista lanzado por Catalunya al Gobierno de Mariano Rajoy.
“Los catalanes queremos decidir nuestro futuro en un referéndum. Pero ellos no nos dejan. Así es como entienden la democracia”, suele repetir, como un mantra, un avispado Junqueras, a quien nadie puede discutir ya su capacidad para atraer nuevos seguidores a la causa independentista, partidarios insospechados hace sólo unos pocos meses como los integrantes de la asociación no partidista Súmate: independentistas castellanohablantes que piden que Cataluña diga adiós a España sin por ello renunciar a sus costumbres y cultura españolas.
Son muchos los votantes de PSC que han acabado votando a ERC. Por motivos diferentes, son también abundantes los simpatizantes de CiU que han acabado votando a ERC. Los recortes aplicados por Mas, junto a la flojera que muchos le atribuyen ahora para capitanear el desafío soberanista lanzado por Catalunya a España, han determinado que Junqueras haya terminado siendo depositario del descontento de votantes de la federación nacionalista.
Junqueras: carisma y persuasión
La trayectoria de Esquerra en los ayuntamientos de nuestro territorio, el más poblado de Catalunya, podría compararse con la del río Guadiana. Los ediles fueron apareciendo y desapareciendo. Los nombres de políticos del Baix Llobregat de Esquerra más conocidos eran, hasta la aparición en el ruedo público de Junqueras, los del diputado del Congreso Jordi Tardà (originario de Cornellà de Llobregat) y la vicepresidenta del Parlament de Catalunya, Anna Simó, que es de L’Hospitalet de Llobregat. Ambos son considerados unos supervivientes de otras épocas de Esquerra Republicana. Eduard Suárez pasó desapercibido como concejal en el Ayuntamiento de L’Hospitalet.
Junqueras, un político despierto y perspicaz a quien incluso sus enemigos reconocen un persuasivo carisma que se atreven a comparar jocosamente con el de un maestro o un sacerdote de pueblo, va a por la victoria final: la declaración de la independencia de Catalunya lo antes posible, de acuerdo con la mayoría soberanista del Parlament que desea celebrar un referéndum para el que, a falta de luz verde procedente de Madrid, ya tiene fecha (9 de noviembre de 2014) y (bi)pregunta.
A la vez, Junqueras no quiere dejar pasar una inmejorable ocasión para afianzar en el territorio el indiscutible poder que le otorga la opinión pública. ERC aspira a un poder territorial como el que ostentó hasta hace tres años [en Torrelles de Llobregat, por ejemplo, obtuvieron una Alcaldía que después perdieron].
En el seno de Esquerra plantean, más allá del objetivo de máximos de proclamar la independencia, afianzar la presencia de concejales y alcaldes en los municipios. No están dispuestos a que un desenlace fallido del desafío de Mas y Junqueras pueda dar al traste con las aspiraciones de gobernabilidad de Esquerra en varias localidades.
“¿Qué podemos ganar, en el peor de los casos?”, se preguntan en Esquerra. Sabedores de que Esquerra atrae más en el Baix Llobregat por su componente ideológico que por el nacionalista, sabedores de que están sosteniendo a un gobierno que aplica indiscriminados recortes en el sector público, van a por su rédito electoral.
El área metropolitana de Barcelona es su prioridad. Es en este vasto territorio donde ERC quiere plantar cara a CiU en la carrera por enarbolar la bandera del nacionalismo catalán.
Es, además, en esta zona, la más poblada de Cataluña, donde Esquerra quiere erigirse en el referente de las fuerzas de izquierda.
Los máximos responsables señalan Sant Vicenç dels Horts, el pueblo liderado por Junqueras, como referente, como faro, para los aspirantes a concejales y alcaldes de Esquerra. La próxima cita con las urnas será en mayo, cuando los votantes están llamados a elegir a sus representantes en el Parlamento europeo.
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Así ha evolucionado Esquerra en el mapa electoral del Baix Llobregat
Hubo todo un ciclo electoral, que arranca en los estertores del pasado siglo, en que Esquerra Republicana de Catalunya empieza a aparecer por primera vez en el mapa electoral del denominado cinturón rojo metropolitano, especialmente en el Baix Llobregat.
Corría el año 2000. “Hasta entonces, sólo encontramos algún caso en Rubí o Cerdanyola”, recuerda un antiguo dirigente de ERC. Ediles republicanos emergen en L’Hospitalet de Llobregat, Sant Joan Despí, Sant Just Desvern, Sant Feliu de Llobregat… Era lo nunca visto en la dirección de Esquerra, que en esa época, con Josep Lluís Carod-Rovira en la cúspide, llega a la conclusión de que “los acuerdos con el resto de partidos de izquierda era la manera más legitimada para presentarse ante ciudadanos que mayoritariamente procedían de la vieja inmigración”, recuerda la citada fuente. “La anterior dirección tuvo un plan específico dirigido al Baix Llobregat: dar más recursos en secciones locales de los municipios”. En esa época, Esquerra llega a tener una edil en Castelldefels, Àngels Coté, que se mantiene hasta 2011.
El primer gobierno catalán tripartito, en 2003, ha de ayudar a mejorar la imagen de una ERC aliada de PSC. El crecimiento de ERC se frena en seco en las elecciones a la presidencia de la Generalitat de 2010. La hecatombe llega un año después, en las municipales de 2011, cuando se produce un retroceso de ERC de 8 ó 10 años en el municipalismo. En el Baix, ERC desaparece directamente, porque “sólo retiene el voto de los centros de los municipios, los votantes catalanes de siempre, y experimenta un retroceso en los barrios y en las periferia”.
Ahora, ERC sube de manera transversal: uno de cada tres habitantes de la metrópolis están a favor del derecho a decidir, e incluso de la independencia.
Eso sí, la coyuntura favorable ya la vivió entre 2000 y 2010.||
HÉCTOR MARÍN||