Hace semanas, Hichaam Jaamit, 20 años, fichado (robos y drogas), asesinó a un vecino del Born, degolló a otro, intentó robar a dos turistas y apaleó riendo a un mendigo en la Pl. Real. Ocurrió todo en horas, el mismo día y en calles vecinas de Ciutat Vella, un provocador diría -Normal- y continuaría de cháchara, para olvidar el asunto, porque el humano afronta hechos bárbaros y los borra, cuando no le conciernen directamente. Aunque, en el periplo del joven Hichaam, hay detalles muy graves. Hubo como en el teatro clásico, el cumplimiento de las 3 unidades, ya saben: Unidad de espacio, tiempo y acción.
Pero fallaron una vez más, los actores policiales que deben evitar las tragedias asesinas. El homicida, tras su primer ataque a un peatón, fue detenido por la GU por intento de robo a turistas y liberado, tras degollar a otro hombre que intento retenerle; fue detenido por los Mossos que no le identificaron y soltaron, horas después fue detenido por apalear al mendigo.
Los GU le detuvieron de nuevo y entregaron a los Mossos, allí una mancha de sangre en su pantalón motivó un análisis de ADN, y ¡ Albricias¡ quedo manifiesto que la sangre era de una víctima, evitándose así que el asesino se fuera de rositas. Los expertos, preconizan una policía única, coordinada y eficaz, pero a los entendidos no les suelen atender los políticos.
Pruebas son amores. Estos brutales hechos se disimularon, como el que Hichaam, entró ilegalmente, que estuvo en correccionales y que su permiso vencía en setiembre.14 . En vano. Días después los GU no podían salir del cuartel de Ramblas, por bloqueo de manifestantes airados. Nada especial.
Si recuerdan la toma de posesión de los actuales concejales sanboyanos, -Acoso e incidentes mil-, mientras la Policía estaba, como la estatua de Lot. Cuídense del amok, por si acaso.||