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Las estaciones de la L9 llevan años preparadas con, prácticamente, todos los acabados (Foto: Eva Jiménez)
Las estaciones de la L9 llevan años preparadas con, prácticamente, todos los acabados (Foto: Eva Jiménez)

La línea 9, al desnudo

Por Eva Jiménez Gómez
lunes 22 de septiembre de 2014, 19:59h

Casi un centenar de ciudadanos visita la futura estación de la Plaza de Europa de L’Hospitalet, caracterizada por un estilo minimalista y austero

Pocas veces la expresión transporte público ha hecho tan feliz fortuna. La visita a la estación de Europa-Fira de la futura línea 9 de metro congregó a personas de todos los sexos y edades. Allí estaban los padres, hijos y abuelos, haciendo cola para recoger la cartilla que debían ir sellando en cada una de las cinco paradas de la futura línea de metro que atravesará L’Hospitalet de Llobregat. “Hemos venido porque me interesa el transporte, el medio ambiente, y quería que lo viéramos juntos”. No en vano, esta actividad, organizada por la Associació per a la Promoció del Transport Públic (PTP), se enmarcaba dentro de la Semana de la Mobilitat Sostenible i Segura, promovida por el Ayuntamiento de L’Hospitalet de Llobregat.

En el acto también se podían ver parejas que habían acudido por motivos diferentes. “Un poco por curiosidad, un poco por hacer ejercicio, otro poco por poder decir que yo estuve allí y otro poco por ver si la abren ya”. ¿Por presionar, no? “Pues también”, afirmaron con una sonrisa. Hay ganas de ver el tramo Aeropuerto-Zona Universitaria en funcionamiento, algo que está previsto que se produzca en el primer semestre de 2016. Ricard Riol, presidente de la PTP, indicó que unas 40 personas se habían quedado sin poder ver las instalaciones. Y las técnicas del Ayuntamiento, que han sufrido por la escasez de recursos, se mostraban satisfechas del éxito: “Cuando ves que a la gente le interesa lo que te ha costado tanto esfuerzo, te quedas tranquila porque piensas que ha valido la pena”.

Ecos de la crisis de política

Y tanto. La obra pública de ingeniería más ambiciosa de la historia de Catalunya consiguió despertar el interés de jóvenes y adolescentes, quienes acudieron al evento ¡un sábado a las diez de la mañana! Y la nueva generación ha venido con ganas. “Queremos saber si realmente se va a abrir, si nuestro dinero se está invirtiendo bien”. Y espíritu crítico. “En Berlín te dejan ver cómo van las obras, pero aquí no se puede ver nada, está todo tapado”, lamentó uno. Y otro, proseguía: “Yo no entiendo cómo en una ciudad como Barcelona se abren antes líneas de autobús en zonas que ya están bien cubiertas con el metro y no se cuida la línea que comunica el centro con el aeropuerto”.

Esta cuestión de fondo parecía latir en el ambiente, pues una de las primeras preguntas que le hicieron a Jordi Jubany, director de Geologia i Obres Subterrànies de la Generalitat, nada más concluir su explicación, fue: “¿Y en la Zona Franca por qué no lo abren? “Ah, yo soy técnico, no soy político”. Y decenas de carcajadas resonaron al unísono. El eco de la crisis de la política también reverbera a 23 kilómetros bajo tierra. De hecho, ninguno de los expertos allí presentes quiso mojarse sobre el tema. “Desde luego, siempre hay imprevistos, pero la cuestión va más allá de la técnica”. “Seguramente se tendrá que aprender a no repetir los métodos de financiación”. “Ya sabes cómo son, les gusta echarse la culpa unos a otros”. En cualquier caso, las explicaciones del señor Jubany, quien detalló las dificultades que han ido surgiendo a lo largo del recorrido, parecieron tranquilizar a algunos de los presentes: “Es fácil criticar, pero ahora te das cuenta de lo complicado que es”.

Pioneros en la ubicación de las vías

Sin duda. Los principales problemas se han debido, por un lado, a la falta de espacio para ubicar las estaciones; y por otro, a la variedad del terreno, que por el norte es roca y, por el sur, parecido a la arena de la playa y con múltiples corrientes de agua. Para remediar la falta de espacio, en algunas estaciones se ha optado por utilizar un sistema “inédito en el mundo”, que consiste en colocar las vías del metro, no en paralelo como hasta ahora, sino encima las que van en un sentido y debajo las que van en otro. Y eso es lo que realmente llama la atención de la estación, por lo demás muy parecida a cualquier otra.

Eso, y el diseño, con los materiales desnudos, que dan la impresión de que no está terminada. “Que no piensen que está a medias, que es una decisión del arquitecto”, Jordi Garcés, aclara rápidamente el técnico. Las reacciones no se hacen esperar. “A mí me gusta”. “A mí, no mucho”. La polémica está o estará servida, sobre todo porque ya se ven algunas humedades que van más allá de lo estético. Por lo demás, esta línea también funcionará sin maquinistas, por lo que el acceso a la vía se halla completamente hermético, de manera que puedan evitarse empujones y suicidios. La visita termina y prosigue por el recorrido de otras paradas que atraviesan la ciudad de L’Hospitalet: Can Tries-Gornal, Torrasa, Collblanc. Eso sí, sin que estas puedan ser contempladas por dentro. Esperemos que se cumplan los plazos y podamos viajar por el tramo Sur de la línea nueve de aquí a un par de años.

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