Estábamos condenados a ser extrarradio de Barcelona, un conjunto de ciudades dormitorio y suburbios. Pero hemos sido capaces de convertirnos en la zona de Cataluña de más peso industrial y desarrollo económico.
Un éxito redoblado porque mantenemos una razonable cohesión social, pese a la variada procedencia multicultural de nuestros vecinos. El poderío industrial seguramente ha sido favorecido por acoger infraestructuras de primer orden, como el Puerto, la Fira de Barcelona y el aeropuerto de El Prat. Pero también por la elevada cualificación profesional y laboriosidad de quienes habitamos este territorio ribereño. Somos gentes orientados al esfuerzo que, cuando ha sido necesario, lo hemos transformado en capacidad de lucha. De ahí el apelativo de cinturón rojo ganado tanto en las urnas como en las fábricas, que se une a una demostrada capacidad para consensuar. Gracias a esta combinación hemos logrado equipararnos a Barcelona en solo 30 años y complementarla para así hacer más grande a Cataluña.
Nuestro territorio es el principal motor de la economía productiva de toda España. Esta conclusión sería suficiente para sentir orgullo de pertenencia a una comarca que no lo ha tenido nunca fácil, pero donde estamos saliendo adelante después de haber padecido los rigores del paro de principios de los 80, la resaca olímpica del 93 y ahora siete años seguidos de recesión. Pero el peligro de desertización industrial se ha evitado gracias a que hemos sido capaces de articular flexibilidad y acuerdo. De modo que si en el pasado fuimos la punta de lanza de la lucha antifranquista, ahora somos ejemplo de concertación, de suma de fuerzas para lograr el objetivo del bien común.
El Fórum Empresarial del Llobregat, promovido por la Asociación Empresarial de L’Hospitalet y el Baix Llobregat (AEBALL), celebra estos días su sexto aniversario como marco estable de encuentro, conocimiento, relación y opinión en favor de la dinamización económica, social y cultural de esta porción de territorio que estructura el río en la que vivimos 1.050.000 personas y hay más de 26.000 empresas. En este tiempo, han participado en el Fórum 5 consellers, 10 alcaldes, 16 organismos relacionados con la economía del territorio y el mundo empresarial y cinco expertos. También se han celebrado tres conciertos solidarios, dos para la prevención del cáncer, y un tercero en favor de la educación y la integración de los jóvenes con riesgo de exclusión. Para conmemorar el aniversario, el Fórum ha editado el libro “L’Hospitalet i el Baix Llobregat: Una historia empresarial”, de Francesc Cabana, en el que se repasan los 200 años de cultura industrial de nuestra comarca a través de la experiencia de más de 800 empresas.
Primera refinería de EspañaCabana revela en el libro algunas anécdotas, como que la primera refinería de petróleo de España la instaló la firma Sabadell i Henry en unos terrenos fronterizos entre L’Hospitalet y Cornellà bajo la dirección de Demetrio Carceller, o el hecho de que en el año 1924 era una de las zonas de Cataluña donde había más teléfonos. También la primera planta potabilizadora de agua de Cataluña la construyó en 1955 en Sant Joan Despí la Sociedad General de Aiguas, actual Agbar. El autor explicó en la presentación del libro, a la venta en
[email protected], que las empresas “se han sabido adaptar como un guante a un territorio que continua preservando la actividad agrícola”, principalmente en el Delta del Llobregat. Un delta que fue la cuna de granjas modélicas, como La Ricarda del empresario textil Manuel Bertran, o la que dio lugar a la Denominación de Origen Pollastre Prat. Efectivamente, nuestro territorio mantiene unas actividades muy diversificadas que van de la agricultura a los servicios logísticos, pasando por industrias de todo tipo y el turismo. En este punto, los municipios de la costa han logrado compatibilizar la actividad turística con la industria y la agricultura, constituyendo todo un paradigma de diversificación y equilibrio.
Un flujo que no cesaEl flujo de empresas que ha abandonado la ciudad de Barcelona para instalarse aquí, al sur del área metropolitana, es numeroso. Desde las pioneras Trinxet, Vulamara, Güell o Rosés, a las más recientes Puig o Codorniu, en una evolución acorde con el signo de los tiempos.
El clúster de la industria auxiliar del automóvil es el más importante, muy condicionado por la existencia de Seat, la mayor empresa de la comarca, y de Nissan. En el mismo sector del metal, el grupo Celsa, con sus acerías, es el primer conglomerado familiar del sector metalúrgico de Cataluña, tanto por facturación como por ventas. La química también juega un papel esencial en nuestra economía, con presencia de multinacionales como Solvay y Basf. La diversificación de los productos ha ido de los primeros colorantes para el textil, a las fibras sintéticas, los plásticos y las pinturas, acabando por los aromas y los saborizantes alimentarios.
Otro clúster importante es el farmacéutico, de vital relieve en la actualidad, encabezado por Almirall. Recientemente, la multinacional Bayer ha instalado en nuestra comarca su sede ibérica y una central de servicios compartidos del sur de Europa. El sector alimentario también tiene un importante protagonismo en nuestro territorio, liderado por multinacionales como Gallina Blanca y la suiza Nestlé.
Destino de importantes inversiones extranjeras, la comarca ha destacado por el fuerte crecimiento del sector de la construcción. No en vano, el macizo calcáreo del Garraf fue el origen de cementeras, entre las que hoy destaca Molins. Con el paso del tiempo, grandes industrias situadas en el núcleo urbano de algunas ciudades se han convertido en edificios de interés público. Es el caso de Altos Hornos de Cataluña, La Farga, en L’Hospitalet, o la planta de aguas de Cornellà, convertida en el Museo Agbar. La colonia Güell y la cripta construida por Antonio Gaudí, representa uno de los principales atractivos turísticos de raíz industrial.
En el sur del área metropolitana de Barcelona llevamos doscientos años acogiendo empresas, porque L’Hospitalet y el Baix Llobregat es sin duda el mejor lugar de España para emprender.