12/01/2025@13:00:00
A lo largo de los años he tenido ocasión de comprobar cómo, a menudo, las prácticas rituales son capaces de despertar tanto curiosidad como hilaridad.Sobre todo, aquellas que no forman parte de la costumbre del que observa. Así, entiendo ambas respuestas como formas de expresar la incomprensión ante lo que se está viendo. Hay personas que, al descubrir un gesto extraño cuyo sentido no es capaz de desentrañar, sienten el deseo de indagar en él. Te preguntan cuáles son tus motivos para colocarte una kipá sobre la coronilla o de dónde viene la costumbre de prender velas por Janucá. Otras se mantienen a una cierta distancia, observando a un adulto hacer movimientos que, vaciados de su significado, claro, resultan un tanto estrafalarios, cómicos. Y puede suceder también que lo litúrgico, cuando quien mira está previamente convencido de su inutilidad, cause menosprecio. A menudo, se dan entreveradas la risa, las preguntas y la sospecha.