En este texto el autor plantea diversas soluciones para hacer frente a la escasez de agua en Barcelona, como el trasvase del Ebro, el trasvase del Segre-Llobregat, el trasvase del río francés Ródano, la construcción de desaladoras, la regeneración de aguas usadas y la disminución de pérdidas en la red de distribución. Sin embargo, critica la inacción de los políticos y menciona casos de mala gestión y despilfarro de recursos. También se destaca el aumento del precio del agua y la presencia de contaminantes en las aguas.