Sé de personas que abrazan árboles y obtienen alivio; sé de observantes de dietas veganas y vegetarianas; del mascotismo acendrado con codicilos que aseguran ventajas a canes y gatos; e incluso de complejos procesos de divorcio con animales de por medio; pero yo no ignoro y sí lamento los ataques a obras de arte en “protesta” por el consumo de combustibles fósiles.